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Oliver Solberg le enseña a su padre lo que sabe hacer con el Hyundai i20 Coupé WRC [Vídeo]

Ver al Solberg original sentarse por primera vez en un World Rally Car de la actual generación junto a su hijo para comprobar la evolución meteórica de Oliver durante el último lustro es sin duda una experiencia digna de ver. El piloto sueco de 19 años ha tenido una carrera meteórica desde que probara hace unos años el Renault Twingo S1600 de rallycross en el Circuito portugués de Montalegre. Se trataba de su primera gran experiencia después de dar sus primeros pasos en las competiciones de kartcross en los países nórdicos y a partir de ahí ha quemado etapas a un ritmo vertiginoso.

Campeón del nórdico de rallycross con el Citroën DS3 Supercar de su padre, debut en rallyes con un Peugeot 208 R2 tras recibir lecciones de Sébastien Loeb y de enrolarse en la escuela de la FFSA, estreno con un R5 y rápidamente primera gran victoria internacional al imponerse en la cita del Campeonato de Europa de 2019 en Letonia. Fue en 2020 cuando consiguió su primer gran título, campeón del ERC1 Junior y apurando sus opciones por la categoría absoluta hasta la última fecha y frente al experimentadísimo Alexey Lukyanuk.

Su acuerdo con Hyundai Motorsport a principios de este año parecía abrirle las puertas de la lucha por el WRC2 (campeonato en el que no ha tenido demasiados buenos resultados), sin embargo, su proceso de desarrollo nos dejó con una impactante primera prueba con un World Rally Car en el pasado Arctic Rally, donde estuvo cerca de los cronos de cabeza y peleó en todo momento por acabar entre los seis primeros.

Ahora, tras tener que alterar su programa deportivo y perderse el Rally de Italia-Cerdeña por el positivo en COVID-19 de su padre, Oliver ya mira con impaciencia su debut sobre tierra con el i20 Coupé WRC, el cual se producirá la próxima semana en el Rally Safari después de la decisión de Pierre-Louis Loubet de no competir en la misma y buscar un reseteo de su temporada.

A la cita Oliver llegará tras conseguir su primer triunfo con el Hyundai, sobre asfalto, en el Rallye di Alba, cita en la que también estaba presente un Ott Tänak que tenía la victoria más que encarrillada después de conseguir todos los scratchs. Sin embargo, una penalización (planificada) al estonio de 2:30 minutos por llegar tarde a un control horario le dejaba al joven piloto sueco su segundo gran hito con el World Rally Car después de los puntos conseguidos en Finlandia.

Antes de viajar a Kenia le tocaba experimentar otro gran momento en su vida. Su primera vez con Petter como copiloto en un coche de la clase reina del Mundial de Rallyes. Tocaba disfrutar, guardar silencio mientras demostraba su cara de concentración a través de las muecas que ya acompañaron durante gran parte de su carrera a uno de los emblemas de Subaru en el WRC y por último, demostrarle a su padre la velocidad del Hyundai sobre asfalto después de que el Campeón del Mundo de 2003 pudiera probar el año pasado sobre la tierra sarda el Citroën C3 WRC que Pirelli utilizó para el desarrollo de los neumáticos de 2021.

Durante los primeros 300 metros, no lo sé. Estaba… bueno, me estaba jodiendo un poco. Honestamente, no sabía qué podían hacer estos coches en el asfalto. La aerodinámica fue impresionante, pero lo que también fue impresionante fue la forma en que él pudo usarla. Cuando conduces coches sobre asfalto, te lleva tiempo comprender cómo funciona el agarre aerodinámico, pero ¿durante los primeros 300 metros? Bueno, maldita sea. Me cagué. Después de eso, el camino se abrió un poco y no era tan estrecho – Petter Solberg

Seguramente fue menos emotivo que el vídeo en el que vimos a Harri Rovanperä copilotando a su hijo, Kalle, en el Toyota Yaris WRC, y ni por asomo se acerca a lo que vivimos en su momento con Rubens Barrichello, pero queda claro que este momento fue muy especial para Oliver y Petter. Los Solberg se intercambiaban los asientos y después de que el hijo se subiera al baquet derecho del Subaru Impreza WRC en 2008, ahora le tocaba a su padre asombrarse con lo que ya es capaz de hacer su ‘retoño’ con una de estas bestias. Todo ello con Pernilla, la madre, inmortalizando todo como camarógrafa.

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Iván Fernández

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