Ya parece una constante que Porsche esté muy fuerte en los arranques de temporada, especialmente en la visita del Campeonato del Mundo de Fórmula E al Autódromo Hermanos Rodríguez de México, sin embargo, el fabricante alemán este año no pudo aprovechar su doblete en clasificación para traducirlo en una nueva victoria, viéndose en este caso sorprendidos por un Oliver Rowland que jugó muy buen sus bazas estratégicas especialmente con lo referente a la activación del Attack Mode, así como la gestión de carrera con la aparición de los dos coches de Seguridad.
No faltó emoción prácticamente desde que la carrera supero el primer tercio de las 36 vueltas a las que inicialmente estaba programada, todo ello después de que en los primeros giros se viviera de nuevo un trabajo en equipo entre António Félix da Costa y Pascal Wehrlein a través del cual, el piloto luso estuvo realizando numerosas trazadas defensivas para cubrir cualquier tipo de ataque de los perseguidores, todo ello mientras que el defensor del título ralentizaba todo lo posible el ritmo de la carrera.
Sin embargo, llegados a la vuelta 16, todo pareció destaparse, con Jake Dennis lanzando un ataque en el Foro Sol para superar al germano en un momento en el que Da Costa ya había caído posiciones y figuraba quinto tras Jean-Éric Vergne y Rowland. Sólo tres vueltas después, el piloto portugués sacaba todo el jugo de los primeros dos minutos del Attack Mode y se lanzaba a superar rivales, llegando a pedir por radio que Wehrlein le facilitara la maniobra de superarle para alcanzar rápidamente a Dennis. Aprovechando la anchura del trazado mexicano (en su versión acortada) y con las nuevas características del GEN 3 EVO, el baile de posiciones dejaba una carrera muy entretenida, con ataques y contrataques.
Aun así, a falta de 14 vueltas para el final todo parecía establecerse en un duelo entre los dos monoplazas de Andretti y los dos de Porsche, con Antonio Félix da Costa haciendo una entrada casi desesperada por el Attack Mode para realizar su última activación que le llevó a bloquear a Wehrlein mientras que Dennis, también con el extra de potencia pasaba por delante y Müller se quedaba cuarto a expensas de lo que podría suceder por delante suyo.
Si los cuatro primeros habían consumido todo su tiempo de Attack Mode cuando restaba una decena de vueltas, Rowland había aprovechado para situarse quinto todavía con seis minutos disponibles. También los dos monoplazas de DS Automobiles aprovechaban para colocarse séptimo y octavo con ‘todas las naves todavía por quemar en el final de la carrera’.
A siete vueltas del final aparecía el monoplaza del equipo CUPRA KIRO de David Beckmann detenido en la salida de la curva 12. Lo que en un principio era una bandera amarilla con la dirección de carrera pidiéndole a todos los pilotos que respetaran esa situación de peligro, terminó por convertirse en un coche de seguridad que terminaba por dinamitar por completo la carrera y el posible doblete de Porsche.
Rowland tenía en esos momentos más de cuatro minutos todavía disponibles de Attack Mode, mientras que el pelotón se comprimía por completo y los comisarios mexicanos retiraban con rapidez el monoplaza de Beckmann (aquí estrenando colores con más presencia del tono cobrizo de CUPRA), fuera de carrera tras romper la dirección tras un toque con Lucas di Grassi. El británico de Nissan se lanzó al ataque, primero cobrándose a Dennis y después desembarazándose en la misma vuelta de los dos Porsche. Al final de la vuelta 31 de 36 Rowland ya era líder mientras se anunciaba un nuevo Safety Car.
Mitch Evans se iba al muro y obligaba de nuevo a neutralizarse, momento en el que la lucha por el triunfo quedaba sentenciado en favor de Rowland al no añadirse más vueltas al total, completándose la tres restantes y reclamando el piloto de Nissan el triunfo en la segunda cita de la temporada por delante de Da Costa y de Wehrlein, con Dennis cuarto y con los dos DS Automobiles viendo frenada su remontada hasta la quinta y la sexta plaza. Vandoorne era séptimo, por delante de De Vries, Müller y Barnard.