Cuando Parnell Velko Jones, mejor conocido como P.J. Jones, exprimió su Eagle Mk III Toyota número 98 durante la clasificación para las 24 Horas de Daytona de 1993, jamás pensó que su registro de 1:33.875 permanecería imbatible por tanto tiempo. Sin embargo, según lo que el mismo Jones pudo observar durante el tradicional Rugido de Daytona, es muy factible que su récord sea superado puesto que el piloto Oliver Jarvis estableció una vuelta de 1:33.398 con el Mazda RT24-P, lo que le llevó a pensar que, de todo ser normal, a partir del día jueves, un DPi borrará su hazaña.
En sus declaraciones no ocultó el deseo de que el registro perdure por más tiempo ya que lo alcanzó con el All American Racers y el equipo viene de sufrir un fuerte golpe emocional tras la muerte del recordado Dan Gourney. De allí que no tenga mayores tapujos en admitir que espera una intervención de la naturaleza, en forma de lluvia o un cambio en el clima, que haga ralentizar el ritmo de los actuales prototipos. Aunque también resaltó el hecho de que por primera vez en muchos años, la IMSA parece tener un grupo de prototipos muy competitivo y eso es lo que gusta al público.
De allí que tranquilamente aceptará resignado si otro piloto establece un mejor tiempo que el suyo, eso significa que la IMSA está tomando el camino del avance y no el de las restricciones para promover la competencia entre los equipos, justamente lo que cree se ha debido implementar en su época en lugar de hacer desaparecer a los GTP. Recordó Jones que el Eagle Mk III era un coche muy avanzado, que podía vencer al poderoso Porsche 917/30 que hizo historia en la Can-Am, a pesar de que su motor de cuatro cilindros en línea con turbo apenas producía 700 caballos. Los grandes avances involucrados en la aerodinámica del Mk III, aprovechaba el efecto suelo mejor que sus rivales, lo que le permitió no solamente establecer el mejor tiempo en la clasificación sino también ganar las 24 Horas de Daytona de 1993 con una amplia ventaja.
Los registros están hechos para romperse y todos los pilotos trabajan duro para eso. Ahora disponen de más potencia, lo que se observó en pista habla de lo que puede hacer Mazda si el reglamento se los permite. En mi época podía correr a 200 mph, nuestro coche tenía mucha carga aerodinámica y era muy ágil, pero luego vinieron las restricciones y lo hicieron más lento, así que realmente tuvimos que maximizar el paso por curvas y la frenada, allí estuvo la clave para establecer todos los récords.
Vía | Racer