Pocas maneras mejores hay de afrontar una nueva edición de las 500 Millas de Indianápolis que como líder del campeonato y vencedor de la última carrera. Pero eso es lo que ha logrado Alex Palou con su triunfo el pasado fin de semana en el Indy GP, que de forma prácticamente ya tradicional abre el mes de mayo en el trazado rutero del Indianapolis Motor Speedway.
Ya en entrenamientos libres el catalán de Ganassi dio grandes sensaciones y éstas quedaron refrendadas al salvar un difícil grupo de clasificación hasta meterse en el Fast Six, donde fue tercero. La pole recayó en el danés Christian Lundgaard, que lograba así su primera en el escenario donde también debutó en IndyCar dos años atrás, dejando las grata impresión que le abrió la puerta a un asiento a tiempo completo. Eso sí, el tercer puesto de Rosenqvist y el quinto de O’Ward ya dejaban entrever que McLaren sería el rival a batir en carrera.
Pero Palou no dio opción y se lanzó desde la primera cura al liderato, al que accedió antes incluso de completarse el primer giro de carrera. Y en una prueba donde la estrategia suele tener bastante peso dadas las características del rutero de Indianápolis, el español mostró un ritmo espectacular con el que solventar las pocas veces en que se encontraría tráfico por delante tras las paradas. Los 17 segundos de ventaja con los que cruzó meta por delante de los McLaren de O’Ward y Rossi (quién sabe si sus futuros compañeros de equipo en McLaren) recordaron claramente a la aplastante victoria que ya protagonizó cerrando la temporada pasada en Laguna Seca.
Este triunfo y la regularidad en el inicio de temporada (un octavo como peor resultado) le permiten superar en seis puntos a Pato O’Ward al frente del campeonato, si bien desde este martes si la lluvia lo permite todos los esfuerzos estarán centrados en buscar el triunfo en las 500 Millas de Indianápolis.
Foto | Ganassi