Puede que la cita inaugural de St. Petersburg no fuera de la mejor de las maneras para el doble campeón de IndyCar Series, pese a remontar del 13º al 6º puesto final, pero Alex Palou demostró este fin de semana que sigue en plena forma. El catalán se impuso en la primera edición del Million Dollar Challenge, cita no puntuable a modo de All Star celebrada en el exclusivo The Thermal Club de California.
Con los propietarios de este selecto club de aficionados al motor con circuito privado interesados en albergar una cita, la IndyCar Series decidió recuperar esta temporada una cita no puntuable. Para ello, innovó en cuanto al formato, con dos mangas clasificatorias y una final a veinte vueltas dividida en dos partes. Formato que empujaría a alguna que otra estrategia alternativa.
Lo cierto es que Alex Palou estuvo intratable desde los entrenamientos libres, pero las fuertes rachas de viento tendrían mucho que decir, especialmente en clasificación. El primer grupo, donde Felix Rosenqvist se alzaría con la pole, gozó de condiciones meteorológicas algo más favorables y en primera instancia le resultó imposible a los del segundo grupo rodar más rápido (lo cual tendría su implicación de cara a la carrera final). Sin embargo un fuerte accidente de Marcus Ericsson forzó la aparición de la bandera roja y, lo que en un principio parecía una faena para un Alex Palou que venía lanzado a por la pole, resultó una bendición: para cuando se retomó la acción el viento había amainado y el español pudo marcar el mejor registro absoluto.
El domingo las hostilidades se desataron muy pronto, pues un toque de Scott Dixon a Romain Grosjean lanzó al francosuizo sin control hacia la primera curva, impactando con Rinus VeeKay y dejando a los dos fuera de carrera. El lance se saldó con un drive through para el neozelandés, que dijo así adiós a toda opción. Rosenqvist se impuso con mucha comodidad, por delante de los Penske de McLaughlin y Newgarden, Lundgaard, un gran Agustín Canapino y Colton Herta, que tuvo que contener al rookie Nolan Siegel. Mientras que en la segunda manga Alex Palou se paseó por delante de su compañero Armstrong, Rahal, Lundqvist, Fittipaldi y un Alexander Rossi que sobrevivió a la lucha fratricida de los McLaren, quedando apeados O’Ward y Ilott.
La manga final a doce planteaba más incógnitas al no estar prevista la posibilidad de cambiar de neumáticos y preverse una alta degradación. Y en esas circunstancias Colton Herta optó por desentenderse totalmente de primera mitad de la prueba y esperar a la bandera amarilla prevista para su ecuador. Rodando a paso de tortuga forzó a los demás a bajar igualmente el ritmo para conservar gomas, convirtiendo esa primera mitad de carrera en una auténtica pantomima, a lo que hubo que sumar el esperpento de Rahal Letterman Lanigan: Pietro Fittipaldi fue descalificado por no cargar suficiente carburante y Graham Rahal abandonó por un problema con los pedales de su monoplaza.
Alex Palou mantuvo la cabeza de carrera por delante de Scott McLaughlin y ello le permitió marcar un ritmo lento, pese a lo cual se temía mucho que Herta pudiera rodar hasta cuatro segundos más rápido en la segunda mitad de carrera. Pero lo cierto es que el estadounidense decepcionó mucho. Pese a quitarse de encima a los tres Rahal Letterman Lanigan (Lundgaard también hizo modificaciones en su coche bajo bandera amarilla y resalió último) y beneficiarse de una dura pelea entre Newgarden y Rossi, el de Andretti quedó encajonado buena parte de la prueba tras Marcus Armstrong, debiendo conformarse con el cuarto puesto tras un imperial Palou (que se llevó así medio millón de dólares pese al confuso nombre del evento), McLaughlin y Rosenqvist.
La IndyCar se toma ahora un descanso de un mes hasta el tradicional Gran Premio de Long Beach.
Foto | Chip Ganassi Racing