Que Iowa iba a ser un mal trago que había que pasar lo intuíamos todos los que seguimos habitualmente la IndyCar Series. Pese a llegar con más de cien puntos de ventaja sobre todos sus rivales, Alex Palou llegaba a territorio Josef Newgarden y lo lógico iba a ser perder cierto colchón. Pero el resultado se puede resumir como un «ni tan mal»: dos victorias del estadounidense de Penske, pero Palou aguantó octavo el sábado y rascó un valiosísimo tercer puesto el domingo en esta cita doble.
La sesión de clasificación, que determinaría las dos parrillas de salida (dos vueltas lanzadas, una para cada carrera) debió retrasarse por lluvia, pero cuando por fin pudo tener lugar se tornó en una exhibición de Penske, donde Will Power no sólo humilló al resto de la parrilla sino que sorprendió a sus compañeros McLaughlin y Newgarden al irse hasta las 181 millas por hora de media, el único por encima de 180. Alex Palou por su parte tendría que tomar riesgos en mitad del pelotón al clasificar 7º y 12º.
Sin embargo Will Power no fue capaz de replicar tal ritmo en carrera. Pese a mantener el liderato durante el primer relevo del sábado, en el segundo Josef Newgarden se puso las pilas y superó primero a McLaughlin y luego a Power, que sufrió mucho a nivel de gestión de neumáticos y se fue hundiendo poco a poco. Una bandera amarilla por accidente de Graham Rahal reagrupó todo y permitió a Patricio O’Ward tratar de luchar con los dos Penske que permanecían al frente (Newgarden y McLaughlin), mas se mostraron intratables hasta la bandera a cuadros. Palou por su parte aguantó en un octavo puesto, que por increíble que parezca es su peor resultado de la temporada junto al 8º de la prueba inaugural en St. Petersburg.
El domingo disfrutamos de una carrera bastante más movida. Para empezar, Marcus Ericsson y Patricio O’Ward, ya los mejores del resto 24 horas antes, se lanzaron de forma espectacular a recuperar puestos en la salida. También David Malukas se mostró especialmente competitivo. Y ante ese panorama Newgarden no tardó en decidir ponerse al frente. En un inicio tan movido y donde se vio mucha degradación sorprendió el ritmo de Agustín Canapino, que llegó a rodar décimo tras la estela de un sufridor Alex Palou… hasta que el argentino perdió su monoplaza y acabó rozando el muro, forzando la primera amarilla.
La tarde amenazaba con ser muy larga para Palou, que debió incluso recuperar vuelta perdida con Newgarden para mantenerse dentro del ‘top ten’. Pero las banderas amarillas (por perder neumático Sting Ray Robb primero y por accidente de Ryan Hunter-Reay) no sólo le permitieron mantenerse en la pomada sino incluso aspirar a bastante más en el último segmento de la carrera. Entre tanto, Felix Rosenqvist pareció en disposición de poner en aprietos a Josef Newgarden, pero el tráfico frenó el ataque del sueco. Y el error de Hunter-Reay a 11 giros del final dejó todo en un sprint a tres vueltas donde Newgarden se impuso a Power y Palou aprovechó los aprietos de McLaughlin para cosechar un inesperado tercer puesto.
Alex Palou sale de Iowa con 80 puntos de ventaja (en la práctica, dos carreras) sobre Josef Newgarden con cinco citas aún por delante. La próxima tendrá lugar en casa de Newgarden el 6 de agosto con motivo del urbano de Nashville.
Foto | Team Penske