Interesantes las últimas declaraciones de Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, puesto que argumentó sus razones para cancelar definitivamente el programa de motores de Fórmula 1, cerrando de forma traumática una trayectoria de casi 50 años en la categoría, donde alcanzaron doce títulos junto a las escuderías Williams, Benetton, Renault y Red Bull. Pero toda esa trayectoria es agua pasada para el jefe máximo de Renault, quien se ha mostrado contrariado por lo que ha ocurrido en la era híbrida y lo que ha visto hasta ahora del equipo Alpine.
Las protestas públicas efectuadas por el sindicato que organiza a los 300 empleados de las instalaciones de Renault ubicadas en Viry-Châtillon llamaron la atención porque se pensaba que un cierre del programa de Fórmula 1 provocaría una oleada de despidos masivos, pero el propio Luca de Meo garantizó que eso no sucederá porque serían reasignados a otros proyectos dentro de la misma fábrica. Una vez aclarado ese asunto, se procedió a explicar las razones para no seguir desarrollando la unidad de potencia de 2026, siendo la principal el retorno de la inversión, sea a través de clientes o de marketing, lo que no ha ocurrido en los últimos cuatro años.
No existía mayor garantía de que el nuevo motor sea competitivo, Renault arrastra un déficit de rendimiento tal que solamente han triunfado en 14 ocasiones desde que se instauró la era turbo híbrida en 2014, siendo nueve de ellas con las unidades cedidas a Red Bull para presentarlas como TAG Heuer. La victoria de Esteban Ocon en el Gran Premio de Hungría de 2021 es un evento aislado, tomando en consideración que la escudería Alpine no ha progresado desde entonces e inclusive se encuentra en el punto más bajo desde que está utilizando esa denominación.
A Luca de Meo tampoco le agradó la imagen que proyecta Alpine a nivel mediático, no se advierte mayor compromiso del personal en progresar sino al contrario, se muestran satisfechos y alegres mientras el equipo permanece donde está, situación que contrasta con la preocupación de la alta directiva que observa como se pierde gran parte de los 120 millones de dólares por temporada que se invierte en el programa de motores. Ante una crisis que amenazaba con empeorar, si la unidad de potencia de 2026 no era lo que se esperaba, prefirió cerrar un ciclo y pasar a ser clientes, obteniendo motores por una tercera parte de lo que cuesta fabricarlos en Viry-Châtillon.
En palabras de Luca de Meo
Los socios y patrocinadores firman con McLaren, no con Mercedes bajo el capó. El público de la F1 ha cambiado, se ha ampliado y ahora incluye a jóvenes y mujeres. Esta nueva clientela tiene una interpretación diferente de este deporte. Apoyamos a un piloto, a un color, a una marca, no a un motor. Alpine, tomando en cuenta nuestra clasificación, está perdiendo bonificaciones. Los patrocinadores son escasos, tenemos un gran agujero en las finanzas y mis accionistas saben contar. Alpine tiene que ganar dinero.
Vía L’Équipe
