“Los rumores eran ciertos”. Así comenzaba el tweet que hace solo unos minutos ha publicado Petter Solberg en sus redes sociales para confirmar la posibilidad que se había venido barajando prácticamente desde inicios de año. La insistencia del noruego con los responsables de Volkswagen Motorsport finalmente le ha llevado a ser el segundo elegido junto a Eric Camilli para hacer debutar el nuevo Volkswagen Polo GTI R5 en el Rally de Catalunya, penúltima cita del WRC 2018.
Será así el regreso del Campeón del Mundo de Rallyes de 2003, el cual se reunirá con otro viejo conocido, Sébastien Loeb, el cual está siendo a su vez un instructor de su hijo, Oliver Solberg, en materia de pilotaje sobre asfalto. A sus 43 años y después de haber superado el bache de salud que comenzó con su fuerte accidente en Riga hace un año, el bicampeón del World RX aparcará por un momento su actual disciplina para regresar al campeonato en el que ha desarrollado la mayor parte de su carrera deportiva. A su derecha estará la también noruega Veronica Engan, copiloto de Oliver y por tanto la encargada de conducir el coche de competición en los enlaces hasta que el hijo de Petter cumpla la mayoría de edad.
Será el regreso del pequeño de los hermanos Solberg después de casi seis años de ausencia, precisamente en el mismo escenario en el que Petter decidió abandonar el Mundial de Rallyes junto a la decisión de Ford de poner fin a su programa oficial. Su regreso coincide prácticamente en el tiempo con el sexto puesto alcanzado por Henning hace una semana y con el ‘debut’ de Oliver en el marco de un evento del WRC, después de confirmarse de que estará en el Rally de Gales haciendo los reconocimientos.
Será la primera vez desde el Rally de Finlandia de 2010 que coincidan tres campeones del mundo de rallyes en un mismo evento (Loeb, Solberg y Kankkunen cumpliendo su 50 cumpleaños al volante de un WRC), un dato muy a tener en cuenta que refleja precisamente el gran dominio vivido durante las últimas dos décadas por los Sébastien. En este caso tendremos en liza a los últimos 15 títulos del WRC, a la espera de saber si Ogier podrá lograr su sexto entorchado consecutivo, algo que difícilmente se podrá producir antes de Australia.
Aun más especial ya que estamos previsiblemente ante la única oportunidad que tendremos de ver al Volkswagen Polo GTI R5 competir dentro del equipo oficial en el WRC2, ya que se espera que a partir de ahí todo el protagonismo competitivo lo lleven los equipos privados dentro del programa carreras-cliente de los de Hannover. Solberg vuelve de esta forma la oportunidad para regresar al campeonato que le situó en el panorama internacional, aprovechando su papel como piloto Volkswagen y el parón que se producirá en el Mundial de RallyCross entre las citas de Estering en Alemania y Ciudad del Cabo.
Por su parte, se espera que Pontus Tidemand compita con el Skoda Fabia R5 oficial en Gales, mientras que a Jan Kopecký le llegará la oportunidad de defender su liderato en WRC2 en la cita española. En ambas carreras, Kalle Rovanperä será el elegido para acompañarles y seguir sumando experiencia ya con los 18 años recién cumplidos, mientras que Ole Christian Veiby parece haber terminado su contrato con los checos y saldrá en la cita británica con un Citroën C3 R5 de PH Sport.
La oportunidad de regresar al WRC con Volkswagen es única y estuve muy contento de aceptar la oferta. Cuando piloté el automóvil en enero, en Suecia, no quería bajarme. Todo sobre el Polo GTI R5 funcionó desde el principio. Estoy deseando que llegue el Rally de España. Siempre me gustó la combinación de tierra y asfalto. Obviamente, será una sensación especial volver al lugar donde cerré el telón de mi carrera de rallyes en 2012. Será un encuentro fantástico con la familia WRC. Obviamente, quiero que el R5 Polo comience con un gran resultado.