Se deslució aún más esta efeméride dentro del automovilismo norteamericano. La edición centenaria de la Subida Internacional a Pikes Peak sufrió una vez más las inclemencias meteorológicas en el momento de la verdad, por lo que este domingo tocó abrigarse y mirar al cielo para ver si en el orden de salida te iba a beneficiar o no. Ya lo competidores de la categoría Exhibition tuvieron que lidiar con una niebla que poco a poco fue a más, por lo que, a la salida de los participantes de la monomarca de Porsche, parecía evidente que el tiempo no iría a mejor.
Sin opciones de tocar la cumbre a 4.302 metros en tiempo récord, ni mucho menos bajar de los diez minutos, y después de descartar a uno de los principales contendientes en la figura de Ken Block y su vitaminado Porsche 911 con tracción total y 1.400 CV puesto a punto por BBi Autosport, parecía evidente que el vencedor de la edición de 2021 iba a ser el gran favorito.
Robin Shute cumpliría con dicha vitola y se llevaría un nuevo triunfo al volante de su Wolf TSC-FS Unlimited 2018 con motor Honda turbo de 2.1 litros, quedándose a nueve segundos y medio de poder bajar de los 10 minutos, una medida que, en el pasado, cuando el recorrido todavía era mixto de tierra y asfalto, se utilizaba para hablar o no de una Carrera legendaria hacia las nubes.
Tercera victoria en cuatro años de Shute, con el británico muy lejos de su mejor registro establecido en 9 minutos y 12,476 segundos con el que venció en la edición de 2019 con ese mismo coche, algo que evidencia las complicadas condiciones en las que se disputó ayer el PPIHC. Incluso el propio ganador de la prueba reconoció que la última sección estuvo marcada por los límites de la visibilidad y que tuvo que levantar mucho el pie del acelerador para asegurarse de que vería al comisario ondear las dos banderas a cuadros: “Simplemente estaba al ralentí en tercera marcha, tratando de encontrar el camino: tienes algunas líneas blancas a los lados y solo las miraba con la esperanza de poder llegar a la cima”.
David Donner, estableció el segundo tiempo en la general más rápido con su Porsche Turbo S en 10m34.053s, mientras que David Donohue fue tercero en la general y ganador en la clase Time Attack 1 con 10m35.830s en su Porsche GT2 RS Clubsport 2019. En el resto de categorías, Codie Vahsholtz en Open Wheel (10m38.259s), Rhys Millen en Pikes Peak Open (10m52.664s) y Cam Ingram en la clase monomarca de Porsche con sus GT4 Clubsport (11m22.691s).
Hay que recordar que Blake Fuller tuvo un fuerte accidente durante las prácticas con su Tesla al salirse en la zona de Cog Cut, por lo que Donner era el gran candidato a establecer un nuevo récord con su Porsche Turbo S (992 Turbo S con el Lightweight Package) entre los vehículos derivados de la producción hasta que la meteorología le hizo cambiar de planes a él y al resto de pilotos. De esta forma el récord de 10 minutos y 18,488 segundos de Rhys Millen en un Bentley Continental GT en 2019 permanece vigente.
Quizás uno de los puntos de atención mayores fue el regreso de la leyenda, Rod Millen, el cual se volvió a poner al volante de su Toyota Tacoma con el que logró en el pasado dos triunfos en la carrera. Seguía estando ahí la velocidad y terminó tercero en Unlimited y octavo en general con un crono de 11m06.152s, a menos de un minuto del ganador.
Mucho más lejos Paul Gerrard con el Enviate Hypercar Evo, con el cual ni siquiera pudo bajar de los 12 minutos, mientras que el popular personaje televisivo, Aaron Kaufman, quedaba antepenúltimo con la Ford F1 de 1949 muy modificada y con un discreto 14 minutos y 5,792 segundos.
Fotos | PPIHC – Larry Chen Photography 2022
