Aunque está recibiendo menos interés informativo durante los últimos meses, la ROBORACE por el momento no ha dicho su última palabra y los vehículos autónomos siguen acompañando al gran circo eléctrico de la Fórmula E tal y como pudimos ver en el pasado ePrix de Roma. Allí, los responsables del proyecto permitieron que uno de los pilotos de Drift más conocidos en Norteamérica, Ryan Tuerck, se pusiera al volante del Ginetta LMP3 de 550 CV para posteriormente poner a prueba al sistema autónomo.
Se escuchaban así las voces que habían pedido que, en lugar de un periodista, como fue el caso de Nicki Shields en el ePrix de Hong Kong, se pusiera al prototipo del ROBOCAR frente a un piloto profesional. Dicho y hecho, aunque en este caso no se haya apostado por un competidor de velocidad y sí por uno de Drift. El mediático Tuerck no se guardaba nada en su vuelta, llevando al límite al vehículo eléctrico y logrando un tiempo de 1’51»8. ¿Suficiente para vencer a las máquinas?
Acostumbrado a pilotar su Toyota GT86 con motor de Ferrari, Tuerck se mostró gratamente sorprendido por el empuje del Ginetta, y aunque su vuelta se quedo significativamente lejos del mejor tiempo realizado por Felix Rosenqvist 1’36»311 para llevarse la Pole en Roma. Si este es el resultado de un piloto que se gana la vida derrapando, que no conoce los entresijos de la competición eléctrica y debió aprenderse por completo el recorrido del circuito urbano de Roma, no me quiero ni imaginar el tiempo del que sería capaz por ejemplo el piloto de Mahindra.