No hace falta que a estas alturas, después de cuatro años disputándose, tengamos que hablar de las bondades de la Copa Kobe que se disputa en la actualidad dentro del certamen de tierra. Incluso nosotros mismos hemos podido comprobar en el pasado lo tremendamente divertidos que pueden ser los pequeños Toyota Aygo de la copa monomarca y lo difícil que resultaría tener que exprimir cada décima de segundo en tramo. El concesionario madrileño ha conseguido sostener durante todo este tiempo su premisa inicial, una competición igualada, con coches fiables y de bajo presupuesto. Ahora quieren seguir creciendo.
Aunque la temporada 2018 no ha llegado a su fin, con tres rallyes todavía por delante para determinar quién será el ganador, los organizadores ya están planeando nuevos cambios para la campaña del año que viene. El primero de ellos quizás sea el más importante en lo deportivo, con el Aygo ganando en prestaciones a través de una nueva relación para la caja de cambios de cinco marchas que se espera que aporte algo más de deportividad al conjunto y que permita a los pilotos conseguir un tacto más deportivo del conjunto ya que precisamente ese era uno de los aspectos principales a mejorar del conjunto. Obviamente, Alberto Dorsch e Isaac Vera son conscientes de que la fiabilidad en una copa monomarca low cost debe primar, por lo que se optará por una solución compromiso entre velocidad y solidez mecánica.
La otra novedad que se ha deslizado durante los últimos días será precisamente el premio para el ganador de la Copa. El Toyota GT86 que hasta ahora se encuentra utilizando Iván Fuertes y Laura Camps en el CERT 2018 sin demasiada fortuna, pasará a los trazados, siendo previsiblemente el premio para la recién creada variante de circuito de la Copa, mientras que el vencedor de la Kobe en el Nacional de Tierra pasará a pilotar un Toyota Aygo Proto (con compresor y relación cerrada) que promete ser un gran salto cualitativo y un gran atractivo para todos los participantes.
A pesar de ellos, en Kobe siguen teniendo objetivos realistas. Quieren ser la antesala de los competitivos R2 que tanto ritmo están demostrando en manos de los Roberto Blach, Jan Solans, Pep Bassas Jr. o Efrén Llarena, ahora reforzado con la decisión de la RFEdA de permitir la participación de pilotos menores de edad que cumplen ciertos requisitos. Según confirmaba Dorsch tras la brillante victoria de Marquito Bulacia en el Rally de Tierra de Cervera a sus 17 años, la Copa Kobe en 2019 tendrá como edad mínima los 16 años, algo que parece establecer al certamen como una de las grandes opciones para aquellos pilotos venidos del karting que quieren iniciarse en los rallyes.