Han sido muchas horas de espera. Los pilotos se mantuvieron hasta prácticamente las doce y media de la noche en España hasta que se supo que finalmente se llevará adelante otro día de competición. El Mundial de Fórmula 1 había estado hasta entonces debatiendo si tras los recientes ataques realizados en los alrededores de Jeddah, había o no disposición de seguir con el fin de semana del Gran Premio de Arabia Saudí.
Primero eran los jefes de equipos los que iban a hacer la primera declaración, apenas tras una hora reunidos y acompañados en este caso por el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayen, el cual también ha estado presente en las asambleas realizadas. En ese primer momento, los responsables de las escuderías afirmaban que se seguía con la carrera después de que le hubieran dado las garantías de seguridad necesarias.
Sin embargo, a los pilotos hizo falta mucho más para convencerles. En concreto fue tras una reunión de cuatro horas, a la que precisamente algunos de los jefes de equipo regresaron para conocer los términos de las discusiones que se estaban llevando a cabo entre los competidores.
Después de que dichos representantes de las estructuras abandonaran por segunda vez el lugar de la reunión, los pilotos completarían la deliberación, la cual sería comunicada por el director de la GPDA, George Russell, a los jefes de equipo y a dirección de carrera que se mantenían reunidos en otras instalaciones a parte cuando el reloj local empezaba a acercarse al filo de las tres de la madrugada.
El británico evitó hacer declaraciones a su salida, pero no tardaría demasiado Christian Horner en confirmar que se correría, algo que vendría seguido de declaraciones de otros pilotos como Fernando Alonso que ya adelantaba la decisión con un “nos vemos mañana”. Ahora quedará por ver cómo se desarrolla el resto del fin de semana, sin embargo, es cierto que la imagen de Arabia Saudí sale tocada de este punto, especialmente con los precedentes vividos en Ad Diriyah 2021 dentro de la Fórmula E y en el pasado Dakar 2022, con el atentado sufrido por un equipo francés que provocó serias lesiones en las piernas al piloto Philippe Boutron.