Como es lógico, gran parte de la atención mediática en el test previo a las 24 Horas de Daytona que está teniendo lugar estos días se la ha llevado Fernando Alonso. El español se muestra por primera vez ante el público al volante de un LMP y además dejó un buen sabor de boca marcando tiempos interesantes con el Ligier JS P2 (1:38.072 en la tercera sesión). Pero siendo realistas, la lucha por el triunfo no está al alcance de United Autosports y quién sabe si al de cualquiera que no lleve un Cadillac.
Tras arrasar en la temporada 2017 del IMSA WeatherTech SportsCar Championship la marca norteamericana afronta este año mayor competencia por la llegada de Acura de la mano de Penske y el refuerzo de Mazda gracias a su nuevo acuerdo con Joest. Pero Cadillac no se ha dormido en los laureles y estrena motor. Aún queda mucho, pero con diez de los once pilotos más rápidos hasta el momento al volante de alguno de sus DPi todo indica que serán los rivales a batir.
Los otros DPi son un misterio. Es obvio que no todos quieren desvelar sus cartas a estas alturas por miedo a un tijeretazo de prestaciones mediante Balance of Performance, pero sabemos por Sportscar365 que Mazda ha llegado justa tras un accidente en test, quedándose como Nissan a un segundo del mejor tiempo. Acura por su parte está a siete décimas.
¿Y los LMP2? Pese a las mejoras permitidas a sus rivales por FIA y ACO, los Oreca siguen marcando la pauta, siendo uno de sus 07 LMP2 el único capaz de colocarse entre los Cadillac gracias al de CORE Autosport en manos de Colin Braun. Las siete décimas endosadas al Ligier de United Autosports en manos de Alonso y Norris no parecen insalvables, pero sí preocupa el runrún sobre falta de velocidad punta en el JS P2, clave en Daytona y que podria amargar la existencia de estos en carrera. Pero bueno, aún queda un día de test para ver si cambia el panorama.
Foto | Cadillac