Tras culminar las recientes 24 Horas de Daytona, en la transmisión de NBC se produjo una reflexión en cuanto a la factibilidad de organizar una carrera de resistencia NASCAR en el mismo escenario. En tal sentido, se argumentó que tanto Ford como Chevrolet han demostrado en la IMSA que pueden construir motores para soportar la exigencia de correr 24 Horas consecutivas. El detalle está en que los actuales motores V8 de la NASCAR no están diseñados para participar en eventos de resistencia, así que para hacer realidad esta aspiración se requiere que los proveedores modifiquen los propulsores y llegar a este punto, para correr una sola fecha, no parece tan sencillo.
Doug Yates, CEO de Roush Yates Engines, encargado de preparar los motores Ford para la NASCAR y la IMSA, explicó que los V8 del campeonato de stock car tienen una arquitectura anticuada y ese punto en particular no permite avanzar en otros ámbitos. Cada motor que sale de su empresa y llega a la NASCAR tiene una vida útil de 501 millas, de allí que para plantearse una carrera de larga duración primero se tendría que modernizar el campeonato. Para Roush Yates no sería mayor problema fabricar una generación de motores aptos para competir en carreras de larga duración, pero el reglamento de la NASCAR se inclina a extraer mayor potencia y ese factor complica el aspecto fiabilidad.
La NASCAR utiliza motores V8 similares a los instalados en actuales coches comerciales, sin embargo, eso no es sinónimo de que sean avanzados. La configuración que se les aplica a los motores Ford en Roush Yates es exclusiva para la NASCAR, lo que significa que no serían efectivos en una carrera de larga duración porque se tendría que establecer otros límites. Además, no luce sensato fabricar un lote de motores que tendría que ser llevado a otra categoría una vez concluya la carrera.
En palabras de Doug Yates:
Sería una carrera interesante y por supuesto que podríamos hacer el motor. La cuestión es que estos motores no fueron diseñados para una carrera de 24 horas, además, los jefes de equipos y pilotos quieren más potencia y allí es donde la configuración específica para la NASCAR presentará problemas al momento de afrontar un evento de resistencia.
Vía | NBC.Motorsports