Quien diga que el anuncio de este pasado lunes no le chocó miente. Audi pilló a prácticamente todo el mundo por sorpresa al comunicar su intención de abandonar la Fórmula E y debutar en el Dakar con un prototipo eléctrico, así como que está valorando seriamente un retorno de las 24 Horas de Le Mans de la mano del reglamento LMDh. ¿Pero qué lleva a la marca de los cuatro aros a cambiar en apenas cuatro años de filosofía?
Para intentar comprender su nueva estrategia de competición hay que valorar muchos aspectos, tanto de las propias competiciones como de la filosofía que Audi y VAG siempre han tenido a la hora de ir a las carreras. Quizá lo primero que habría que dejar claro es que difícilmente esto puede ser interpretado como un signo de debilidad de la Fórmula E. Que entren y salgan marcas de un campeonato es lo natural y no hay riesgo mientras el flujo se mantenga. De hecho no está aún claro si la salida de Audi será total o parcial, pues su tecnología sigue a disposición de quien haga una oferta razonable y ABT podría mantener la plaza. Y por otra parte, a la Fórmula E tampoco le vendría mal cambiar una marca alemana más por alguna asiática o norteamericana, una vez su parrilla quedó limitada a doce equipos.
Pero seguimos sin tener claro qué ha llevado a Audi a renunciar a la Fórmula E tras realizar una fuerte apuesta por ella. Si nos fijamos en el historial de Audi en competición, siempre ha tendido a ser ‘early adopter’ de reglamentos y tecnologías (cuatro ruedas motrices en rallyes, diésel e híbridos en resistencia) y a abandonar los campeonatos antes de su punto álgido. Llegas, arrasas con tecnología y presupuesto y te vas. Al igual que ocurrió con Renault, Audi ya ha ganado todo lo que tenía que ganar en Fórmula E. Un año más les aportaba poco. Incluso caer derrotada frente, ya no a rivales tradicionales como BMW, Mercedes o Porsche, sino unos ‘mindundis’ como DS Techeetah, no les hacía ningún favor. A ello se suma que la carrera armamentística ya no les permite ser tan asomar la cabeza a nivel presupuestario y posiblemente alguna discrepancia en cuanto a las novedades a introducir en la tercera generación de Fórmula E: Alejandro Agag se mostraba muy reacio a que hubiera cuatro ruedas motrices, una tecnología tan próxima a Audi como poco visible para el espectador. Curiosamente Audi sí podría presumir de quattro tanto en el Dakar como en Le Mans, dejando la puerta de Extreme E abierta por ABT para otra marca del grupo como Cupra.
No obstante esa confirmada y decidida apuesta por el Dakar puede seguir resultando chocante, pues los raids nunca fueron un terreno donde se exhibiera Audi (más allá de inventos como el Audi Coupé Quattro de Servià o el que Cinotto llevó hace unos años al Dakar). Partamos de la receta que suele llevar a muchas marcas al desierto (Peugeot hace no tanto): gran exposición mediática, presupuesto relativamente bajo, libertad para que el coche se parezca al de calle, pocos rivales oficiales (dejémoslo en que MINI y Toyota son esfuerzos modestos, semioficiales o secundarios para sus matrices). Y sumémosle que permite a VAG aplicar los ya mencionados principios de libertad para arrasar con tecnología y presupuesto. Encima Audi parte de una premisa que amortiguará las expectativas: correrán con un eléctrico (con motor térmico para extender su autonomía). Si ganan, será histórico. Si no ganan, será histórico igual. Win-win a nivel de marketing y música para los oídos de los trajeados.
Lo que no cuadra tanto es Le Mans. A estas alturas no deberíamos creer en el romanticismo de que regresan a donde fueron los reyes y ya está. Tampoco parece que quieran exhibir tecnología y derrochar dinero como antaño, pues quieren explorar la senda LMDh en lugar de apostar por un hypercar lejos de tanta atadura presupuestaria y de suministradores. Incluso correr con un híbrido no casa en absoluto con los derroteros por los que iba VAG. ¿No será que en Audi Sport y VAG lo ven como un proyecto carreras-cliente muy exclusivo? Realmente encajaría pues en el pasado vimos Audi R8 en manos de estructuras privadas o distribuidores nacionales: ahí están los triunfos del Team Goh-Audi Japón en 2004 y Champion Racing-Audi EEUU en 2005. Incluso parece sencillo que se comparta el proyecto con otras marcas del grupo posiblemente interesadas en Le Mans como Lamborghini, Bentley, Bugatti… Pero desde aquí decimos ya que no nos da la impresión de que desemboque en un equipo oficial Audi disputando la victoria en las 24 Horas de Le Mans. Ojalá nos equivoquemos, pero al menos es una grata noticia saber que la competición seguirá teniendo presencia en el seno de la marca.