Habrá que estar muy atento el próximo 30 de agosto a Colorado Springs, lugar en el que un año más se disputará la Subida Internacional a Pikes Peak. Allí no estará finalmente el Tommy Kaira, a pesar de que llegó a formar parte de una de las versiones previas de la lista de inscritos con Fumio Nutahara a su volante, seguramente muy condicionado por las restricciones de viaje y la incidencia de la pandemia sobre la economía y el desarrollo del coche eléctrico nipón. Sin embargo, habrá otros muchos alicientes para no perderse la cita, comenzando por el magnífico Porsche 935 conducido por Jeff Zwart.
El cineasta estadounidense regresará un año más a la carrera, sin embargo, en esta ocasión no recurrirá a una de las unidades GT3 de la firma de Stuttgart, sino que se decidirá por el nuevo Porsche 935, el cual buscaba rendir homenaje al icónico deportivo alemán apodado como “Moby Dick”. Con 17 ediciones a las espaldas, Zwart se lanzará por tanto a la subida de 19,99 kilómetros y 156 curvas con una bestia de 700 CV de potencia que le obligará a emplearse a fondo sobre el trazado ahora completamente asfaltado.
En 1982 o 1984, Road and Track me envió por primera vez a Pikes Peak para fotografiarlo. Ya me sentía atraído por los rallyes y cuando llegué allí, pensé que este era el rallye definitivo. Especialmente si tenemos en cuenta que, en aquel momento, el recorrido era completamente de tierra. Fue una gran influencia para mí, tanto como prueba automovilística como visualmente. La altitud, los desniveles y los precipicios también me formaron como fotógrafo. Crecí conduciendo un 911, por supuesto, y son la base de todos mis coches de carreras. Entender la forma en que giran y se mueven debajo de ti, y tener todo ese peso sobre el eje trasero, es una verdadera ventaja en Pikes Peak.
Prohibido rallarlo, no solo porque se han construido únicamente 77 unidades de él, especialmente porque el Porsche 935 no es del propio Jeff Zwart, sino que es la unidad propiedad del coleccionista de Porsche, Bob Ingram y correrá precisamente con la asistencia de Road Scholars, el restaurador especializado en Porsche y que es dirigido por el hijo de Ingram, Cam. Debemos recordar que el 935 fue ideado como un coche ideal para disputar Track Days y algunas de sus 77 unidades compartieron circuito con el Porsche 911 GT2 RS Clubsport en la previa de las 24 Horas de Spa en 2019, demostrando su nivel de rendimiento desde el primer momento.
Cuando el 935 debutó en la Rennsport Reunion de 2018, naturalmente pensé que sería un gran coche para Pikes Peak porque tiene doble turbo y, por debajo, es básicamente un GT2 RS de serie, así que tiene la facilidad de conducción de un coche de carretera, lo que resulta importante en Pikes Peak, pero con un chasis de competición. El vehículo tiene tres cosas que nunca antes había experimentado en uno de carreras en Pikes Peak. Sólo dos pedales (porque lleva transmisión PDK), control de tracción y ABS. Pero se siente ligero y ágil, tanto el TC como el ABS son increíbles. En la tercera vuelta estaba totalmente cómodo en el coche. Me sentía fantásticamente. Es, probablemente, el coche de carreras más accesible que he conducido en años.
Encuadrado dentro de la categoría Time Attack, el Porsche 935 pilotado por Jeff Zwart tendrá como rivales a máquinas tan diversas como un Audi Quattro de 1983, un Dodge Challenger Hellcat Widebody, un Nissan GT-R y un Porsche 911 Turbo de 2002.