La presidencia de Max Mosley dejó pocos asuntos a resolver en 16 años de mandato, aunque entre ellos quedó pendiente la enésima división de la Fórmula 1. El mayor poder de los equipos volvió a plantear una posible partición del Mundial en un intento de reinserción que duró muy poco y dejó a la FIA ligeramente herida respecto al poder de decisión con la F1 y sus escuderías. Al frente de la Federación desembarcó un nuevo nombre, acostumbrado a pelear en los despachos y en la pista con resultados dispares, generalmente acompañado del éxito.
Jean Todt sigue la tradición reciente de poner como cabeza de la FIA a un rostro con experiencia en el automovilismo, alejado de la nobleza y los puestos de responsabilidad monárquica de sus predecesores. Nacido en 1946 en el pueblo de Pierrefort, en el centro de Francia, Todt desarrolló el interés por la automoción mientras estudiaba en una escuela de negocios de París, compaginando su labor con el aprendizaje en un taller cercano. Su primer contacto con el automovilismo le llevó al copilotaje en rallys, trabajo que ejecutó con éxito durante 15 años.
Entre sus logros como copiloto antes de pasar al Mundial de Rallys se encuentran un par de victorias junto a Jean-Pierre Nicolas y el triunfo en el Tour de Francia automovilístico en 1970 junto a Jean-Pierre Beltoise y Patrick Depailler. En el WRC ganó cuatro pruebas: dos en 1973 junto al alemán Achim Warmbold, el Rally de Marruecos de 1975 junto a Hannu Mikkola y el Rally de Argentina de 1981 junto a Guy Fréquelin; Fréquelin y Todt fueron subcampeones del Mundial ese mismo año pero su regularidad dio el Campeonato de Equipos a Talbot. Su buen hacer le generó la confianza de Peugeot, que le dio las riendas del departamento de Competición para encabezar el programa de la marca gala en el WRC.
Así nació Peugeot Talbot Sport, que continúa siendo el programa oficial del fabricante de Sochaux con diferentes nombres y disciplinas en sus más de 30 años de historia. Todt dirigió la sección entre 1982 y 1993, periodo en el que Peugeot triunfó en varios apartados: 16 victorias en 28 rallys, dos campeonatos del mundo del WRC y dos triunfos en el París-Dakar con el 205 T16, dos victorias más en el Dakar y dos en Pikes Peak con el 405 T16, y nueve victorias en 17 carreras con el 905 de resistencia (incluyendo dos ediciones de las 24 horas de Le Mans).
Todt dejó Peugeot en un punto álgido de su carrera y se fue a Ferrari como sugerencia de Luca di Montezemolo. Empezó en Maranello apenas dos semanas después del triplete de Peugeot en Le Mans y llegó a un equipo particular, que nunca dejaba de estar en las posiciones altas pero que afrontaba su mayor crisis desde principios de los años 80. La reestructuración de Todt dio resultados de forma relativamente rápida, pasando Ferrari de unos espaciados podios en 1993 a un mayor protagonismo en 1994, cuando Gerhard Berger consiguió en un caótico Gran Premio de Alemania la primera victoria de la Scuderia en cuatro años.
La llegada de Michael Schumacher en 1996 dio a Ferrari el potencial necesario para asaltar los títulos de nuevo y la contratación de piezas clave de la Benetton de Schumacher como fueron el ingeniero Ross Brawn y el diseñador Rory Byrne aumentaron el rendimiento de los coches italianos. Un par de años cercanos en 1997 y 1998 ayudaron a mejorar el pack hasta la conquista del Mundial de Constructores en 1999, primer título de Ferrari en 16 años. Ese sería el principio de la época gloriosa de Todt, Schumacher y compañía, que ganaron todos los campeonatos entre 2000 y 2004, estableciendo en un lustro el mayor dominio de la historia de la Fórmula 1.
El éxito le dio una mayor posición a Todt, que llegó a ser director ejecutivo de Ferrari antes de que todos los implicados dejaran sus posiciones poco a poco: Schumacher se retiró por primera vez en 2006, Brawn y Byrne también dejaron sus puestos… sin embargo Todt solo se apartó a un lado, tomando un puesto como consejero para preparar la sucesión de Stefano Domenicali al frente del equipo italiano. El francés se mantuvo en esa posición hasta principios de 2009, cuando decidió presentarse a la presidencia de la FIA.
Este es el tercer triunfo electoral de Todt, que se impuso a Ari Vatanen en las elecciones de 2009 y no tuvo oposición en 2013 y 2017. La apuesta por las energías renovables y eléctricas han popularizado su mandato, que también ha visto la introducción de nuevos conceptos como el TCR, el rallycross y la Fórmula 4 en busca del control de costes para una mayor y más barata entrada en el automovilismo. La caída del WTCC y la relegación del WEC son algunos de los puntos que Todt deberá superar a los 72 años al frente de una organización cambiante que mantiene su rol indiscutible como referencia del deporte motor sobre cuatro ruedas.