Por Navidad es habitual ver a los niños madrugar para abrir y aprovechar sus regalos. Y a nosotros este fin de semana nos toca lo mismo, madrugón (con cambio de hora incluido) para disfrutar de lo que más nos gusta en el mundo: ver coches de colores pelearse alrededor del mundo por la gloria. El primer paso como es prácticamente tradición desde hace dos décadas es Australia, en el trazado semiurbano de Albert Park. ¿Veremos una continuación del duelo entre Mercedes y Ferrari o podrá Red Bull inmiscuirse tal y como hizo en la recta final de 2017? ¿De verdad está Haas por delante de Renault y McLaren? ¿Evitarán problemas de fiabilidad los coches de Woking? Apenas faltan unas horas para empezar a resolver nuestras dudas…
Os recordamos que una de las mayores novedades de esta temporada 2018 del Mundial de Fórmula 1 es el cambio en el horario de los Grandes Premios. Al tratarse el GP de Australia de una carrera fuera de Europa no lo vamos a notar tanto (la salida está prevista para las 7:10 hora peninsular española), pero conviene tenerlo en mente desde la primera carrera del año para ir haciéndonos a la idea de que las carreras a las dos en punto de la tarde ya son cosa del pasado.
Sin duda pilotos y equipos estarán muy pendientes del cielo, pues durante toda la semana se ha percibido amenaza de lluvia tanto para la jornada del sábado como la del domingo. En principio la jornada más afectada sería la de clasificación, con alta probabilidad de tormentas durante todo el día, mientras que en el caso de la carrera sólo se prevé algún chaparrón durante la mañana y la pista debería secarse gracias al amplio programa de carreras teloneras habitual en Albert Park (Supercars, Ferrari Challenge y Porsche Carrera Cup).
En lo que respecta al trazado australiano, no hay noticias de grandes cambios en su configuración, siendo la principal novedad la inclusión de una tercera zona de DRS bien acogida por los pilotos. Situada en la entrada del tercer sector, la idea no es tanto generar adelantamientos en una curva 13 donde suelen escasear tanto como permitir que coches que pelean posición en pista lleguen aún más pegados a meta. También hay novedades en los semáforos de salida, que se harán extensibles a todos los circuitos del Mundial de Fórmula 1.
Como en 2017 a Australia Pirelli lleva sus compuestos blando, superblando y ultrablando. Ya no son los más blandos de su gama tras la introducción del hiperblando esta temporada, pero hay que recordar que pese a mantener el nombre se trata de compuestos algo más blandos que el año pasado. En todo caso el asfalto urbano de Albert Park no debería plantear problema alguno de degradación y como mucho podríamos encontrarnos situaciones complicadas ante la falta de goma en pista si llueve en la jornada de sábado tal y como dicen las predicciones meteorológicas.
A la hora de escoger juegos de cada uno de los compuestos ofrecidos sí se perciben diferencias reseñables. Por ejemplo parece claro que Lewis Hamilton lo apuesta todo a los compuestos superblando y ultrablando, siguiendo sus pasos tan sólo Sergey Sirotkin y Romain Grosjean. El grueso de la parrilla, incluyendo a Fernando Alonso y Carlos Sainz, prefiere guardarse dos juegos de blandos (el compuesto más duro disponible), mientras que ver a los dos pilotos de Ferrari coger tres juegos de blandos da a entender que la Scuderia intentará usar este compuesto en carrera a costa de disponer de hasta dos juegos menos de ultrablandos que Mercedes.
Ya la temporada pasada se rodó dos segundos por debajo del récord de la pista en clasificación (la pole de Lewis Hamilton estuvo en 1:22.188, frente al 1:24.125 de Michael Schumacher en 2004 aún vigente), por lo que será muy interesante seguir también si algún cambio de neumáticos en la parte final del GP de Australia 2018 permite borrar este récord que lleva vigente 14 años. Con compuestos aún más blandos que el año pasado y un reglamento relativamente estable pese a la introducción del halo debería ser factible.
Fotos | Daimler y Pirelli