El desembarco inicial de la Fórmula 1 en Australia ha marcado la pauta anual, como viene haciendo desde hace más de 20 años. En el Gran Premio más lejano de Europa volvió a ser Mercedes el equipo a batir, con una distancia que parece aún mayor respecto a unos igualados Ferrari y Red Bull. La pelea en la zona alta y en la siempre disputada zona media retomarán su hilo este fin de semana en la poco variada carrera de Bahréin, un GP introducido en 2004 que ha vagado por la primavera y el mes de abril excepto en las dos ocasiones que abrió la temporada (2006 y 2010).
Y es que el comienzo Down Under ha dado varias pistas sobre lo que puede ocurrir en pista, con mayor atención a las sesiones de clasificación. El circuito de Sakhir debería ser un escenario dónde los adelantamientos proliferen más que en Albert Park, trazado en el que monoplazas rápidos como los Mercedes y los Red Bull sufrieron para rebasar a rivales más lentos. Prueba de ello es la encallada que sufrió Valtteri Bottas, que apenas pudo finalizar octavo, y un Daniel Ricciardo que presionó a Kimi Räikkönen por el podio después de quedarse detrás de los dos Haas.
Serán los coches norteamericanos uno de los equipos a tener en cuenta en la noche desértica. Romain Grosjean ha puntuado en los dos GP previos en Baréin, incluyendo una brillante quinta posición en 2016 que aupó a Haas a una posición de privilegio que no ha asumido hasta este año. El francés y Kevin Magnussen abandonaron en Australia después de dos pit stops que estropearon el buen trabajo realizado hasta entonces y que ya han recibido un ligero cambio para evitar dicho problema. Detrás de ellos aparecen otras escuderías hambrientas en una mitad de parrilla trepidante.
McLaren y Renault parecen estar muy igualados entre sí, imponiéndose el fabricante francés el sábado australiano antes de dejar mejor ritmo los de Woking el domingo. Fernando Alonso y Carlos Sainz deberían rondar la zona de puntos en un circuito menos propicio para el motor galo, menos potente que el propulsor Mercedes de sus rivales directos. Tanto Force India como Williams pueden luchar por más en Bahréin, aunque es probable que el equipo de Vijay Mallya presente más opciones que una escuadra de Grove discreta. Toro Rosso y Sauber necesitarán un pequeño milagro para no ocupar las últimas posiciones.
Pirelli ha puesto a disposición de los equipos los compuestos medio, blando y superblando. Las mayores rectas del trazado hacen que el desgaste de gomas sea menor en un asfalto muy liso, que además sufrirá poco problema de temperaturas al realizarse la carrera de noche. Todos los equipos han optado mayoritariamente por el superblando, eligiendo el dúo de McLaren uno más que el resto. La mitad de las escuderías tienen los mismos compuestos para ambos pilotos, diferenciándose Mercedes, Williams, Toro Rosso (cinco blandos para Bottas, Stroll y Gasly, respectivamente), Haas y Sauber (cuatro blandos para Magnussen y Leclerc).
Los tiempos más rápidos históricamente en Bahréin ya se batieron en parte la pasada temporada. El récord inicial de Michael Schumacher (1:30.139) se ha rebajado en la era turbo de forma espectacular, pasando del 1:33.185 que estableció Nico Rosberg en 2014 al 1:28.769 con el que Bottas logró su primera pole position en Fórmula 1 en 2017. Una pequeña alteración de la medición del circuito tras el primer Gran Premio hace que el récord en carrera siga en propiedad de Pedro de la Rosa, un 1:31.447 establecido en 2005 en plena remontada hacia la quinta posición. Lewis Hamilton se acercó con un 1:32.798 el año pasado, así que está por ver si los neumáticos más blandos ayudan al tetracampeón inglés a superar el récord en pista.