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Probamos el nuevo DiRT 5. La perfecta demostración de que la saga va más allá de los rallyes

No, DiRT 5 no es el simulador de rallyes que tanto has estado buscando, ni tampoco lo pretende. Tampoco es el sucesor Colin McRae Rally. Tal y como indica la discontinuidad que ha tenido la saga, marcando una clara diferencia en el ramal DiRT Rally y en la parte numérica con los DiRT, Codemasters Racing ha querido alejarse de la disciplina de los tramos para volver a traernos una propuesta muy Arcade, con carreras competidas hasta el último momento, filosofía Plug&Play y un aspecto muy colorido y cuidado en el aspecto visual.

No hay por tanto esa necesidad de entrenar para comenzar a ser competitivo. La evolución se produce de forma gradual, con el juego introduciéndote en el título poco a poco a través de los modos más intuitivos, para una vez acostumbrado al tacto y físicas, terminar por descubrir los restantes, quizás los que más pericia requieren, tanto con el volante como con los pedales virtuales. Curva de aprendizaje por tanto muy ajustada y agradable que hace que las primeras horas de juego pasen volando mientras descubres todo lo que tiene por ofrecer este DiRT 5, o al menos buena parte de ello.

Tampoco esperes encontrar ningún tramo de rallyes incluido en esta edición como sí ocurrió con DiRT 4. La línea que se ha marcado para diferenciarse de DiRT Rally 2.0 ha sido lo suficientemente ancha como para que ya no vuelva a haber confusiones sobre la línea en la que su predecesor había sido creado. Recupera algunos elementos de la saga, como las Gymkhanas o las carreras de rallycross en circuitos ficticios, e incluso a veces parece que se da la mano salvando las distancias con todo un mito de los videojuegos de conducción como es el SEGA Rally.

Tenemos hasta nueve modos distintos, comenzando por Land Rush (variaciones meteorológicas), Rally Raid, Ice Breaker (carreras sobre hielo), Stampede, Path Finder (Rock Crawling), Sprint (Outlaws), Ultra Cross (RallyCross) y Gymkhana

Estrenar un circuito nuevo para cada ocasión: 

Entre uno de los puntos fuertes nos encontramos precisamente esa sensación de que no se repiten los circuitos. El ir saltando de disciplina en disciplina a cada momento, así como los cambios entre noche y día, las variaciones meteorológicas y el hecho de que no se repitan un mismo trazado en dos carreras sucesivas, ni tan siquiera empleando el viejo truco de utilizar el circuito a la inversa, nos mantiene esa sensación de que estamos estrenando circuito en cada una de las carreras, ni tan siquiera cuando estás en las fases finales.

El estudio lo ha sabido bordar a la perfección, algo que no siempre es fácil en este tipo de títulos más desenfadados, en los que es importante no caer en la monotonía y en el que no siempre la desarrolladora puede lograr que lleguemos a las últimas carreras todavía sin conocernos al dedillo cada parte del circuito. DiRT 5 sabe cómo engañar a nuestro cerebro para que podamos hacer la docena de horas que nos puede llevar completar la trayectoria sin que tengamos esa sensación de repetición.

Quizás otro de los elementos que más me ha gustado es que si bien hay carreras nocturnas y en algunas secciones se hace muy difícil encontrar las referencias del trazado, no se abusa de este condicionante para endurecer la dificultad las carreras, algo de lo que pecan algunos de sus rivales, los cuales buscan retar al jugador a través de «simplemente apagar la luz«, en lugar de plantearte una dura prueba con su diseño de recorridos. No me gusta correr de noche en los videojuegos, y en el caso de los rallyes o de la competición off-road es algo que literalmente me saca de la experiencia, por lo que viendo el resultado de DiRT 5 me he llevado una grata experiencia.

Se trata de un juego hecho por y para ser jugado con mando. En el caso de PlayStation 4, no se siente extraño en ningún momento el manejo, haciéndose muy gratificante especialmente a la hora de hacer derrapar el coche de forma continuada, algo que suele ser un engorro en caso de que la jugabilidad no esté bien depurada. Se puede jugar con volante, aunque en muchas ocasiones puede hacerse demasiado Arcade su manejo, especialmente en disciplinas como las Gymkhanas o el Path Finder (una versión de trial que se hacen con los conocidos como Rock Crawler) resultan muy complejas de tener un control lo suficientemente ágil con dicho periférico, aunque con algo de paciencia y entreno a buen seguro que serán muy disfrutables.

En total son 63 coches los que hay actualmente, con más de 130 carreras en el modo trayectoria y un creador de pistas para Gymkhana

El apartado gráfico de DiRT 5 no defrauda: 

El apartado visual es muy satisfactorio, empezando porque ya hace lo que otros muchos títulos deciden no hacer: preguntar si preferimos gráficos o fluidez a la hora de afrontar las carreras. Especialmente para los jugadores de la todavía vigente generación de consolas esto se hace incluso más valorable, o traducido, los que no tienen las versiones de las sobremesas mejoradas, PlayStation4 Pro o Xbox One X. Tener unos mejores gráficos o apostar por el rendimiento, está en tu mano dentro de las limitaciones de configuración/optimización que suelen tener las consolas frente al PC.

El modelado de los coches está a la altura de las anteriores ediciones, pudiendo encontrar detalles muy bien reproducidos como la configuración de las suspensiones, palieres e incluso la marca de los faros auxiliares de los coches. La selección es amplía de vehículos, todos ellos del Off-Road y con algún añadido a modo de rareza como el Volkswagen ID Buggy, Audi AI: TRAIL quattro, Audi TT Safari o Mitsubishi e-VOLUTION. Por el momento el listado está conformado por 63 modelos distintos (dependiendo la versión), pero se espera que se amplíe en un futuro a través de DLC’s.

Tenemos Supercars tanto del World RX como del ARX (Subaru WRX STi y Volkswagen Beetle), coches de rallyes de los 80, 90, clásicos y modernos (R5 y GT’s, entre los que encontramos el Abarth 124 R-GT, Porsche 911 y Aston Martin Vantage), los cuales se complementan con algunos de los principales Trophy Trucks y buggies, así como los cocos del Dakar de la última década, entre los que están el VW Race Touareg, MINI JCW Buggy o Peugeot 3008 DKR. Todo un gusto el ver a los Lancia 037, Peugeot 205 T16 y Ford RS200 recreados al detalle, pudiendo ver incluso el motor vibrar a través de las ventanillas a cada golpe de acelerador. Los daños son puramente estéticos, pero también nos dejan algunos detalles bien recreados como los trozos de fibra que «se comen» al chocar o los intermitentes rotos.

Por ello es muy disfrutable el ver que el modo foto nos permite capturar algunos de los momentos de la carrera de forma espectacular, así como los detallados escenarios en los que se desarrolla la acción. El Río Hudson de Nueva York congelado, el Wadi en Marruecos, las favelas y el Cristo Redentor de Río de Janeiro o el espectacular guiño al mundo de los rallyes y concretamente al Acrópolis, con una de las carreras desarrollándose en el maravilloso entorno de los Monasterios de Meteora, una de las instantáneas más icónicas de finales de los setenta y principios de los ochenta.

Se echa de menos una trama más desarrollada: 

Seguramente, uno de los puntos más flojos se puede encontrar en el nexo de unión entre toda esa frenética competición. La presencia de los conformantes de Donut Media en forma de voces en off junto a las de tus dos rivales (doblados por los actores Troy Baker y Nolan North) termina resultando algo monótona, llevándote en muchas ocasiones a tomar la decisión de saltar las líneas de texto con el objetivo de seguir corriendo cuando nos encontramos diálogos sobre el menú de trayectoria que van pasando sucesivamente sin nada más en pantalla.

Es una buena idea para atar lazos y presentarte a tus rivales, pero se hace difícil que el jugador permanezca atento a todas las conversaciones, por lo que hubiera estado bien contar en algún momento con alguna cinemática o con algún vídeo precisamente de los personajes de dicho medio de comunicación. Obviamente no es un defecto de bulto debido a las propias características del videojuego, pero sí hubiera terminado de redondearlo. Se echa de menos también algunas decoraciones predefinidas extra además de las que se van desbloqueando en función de la utilización de un determinado vehículo, pero en líneas generales en un buen juego de coches para los que no se quieran complicar demasiado, disfrutando de carreras cortas muy animadas y piques multijugador, tanto a pantalla dividida como OnLine.

DiRT 5 llegará a la actual generación de consolas de Xbox One y PlayStation 4 y Windows PC (a través de Steam) el 6 de noviembre de 2020, y el 10 de noviembre de 2020 a Xbox Series X, seguido de PlayStation 5 el 19 de noviembre. La versión para Google Stadia se estrenará a comienzos de 2021. A nosotros ya nos ha dejado un buen puñado de horas de vicio y os aseguramos que la pérdida de resolución de las fotos en el artículo no hacen justicia a lo bien que se ve realmente el in-game del DiRT 5 incluso en versiones antiguas de las actuales consolas. Sí es cierto que al ser un título intergeneracional, sí que padece de tiempos de carga ligeramente más largos de lo habitual, los cuales se recortarán con la llegada de PS5 y Series X.

Galería de imágenes – Videojuego DiRT 5 (2020)

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Iván Fernández

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