El Circuito Ricardo Tormo de Cheste celebró este pasado fin de semana del 29 de febrero y 1 de marzo la séptima edición de su Racing Legends, un evento que reúne año tras año más de un millar de motos y coches clásicos y que da el pistoletazo de salida a la temporada de eventos del trazado valenciano. Un total de 7.500 aficionados se acercaron a las instalaciones del Circuito para disfrutar de esta particular vuelta al pasado, llena de actividades tanto en la pista como en el paddock, con la climatología acompañando en todo momento teniendo dos jornadas prácticamente primaverales.
Tres eventos principales en pista en cuanto a los coches, liderados por el Iberian Historic Endurance, campeonato de coches clásicos que se disputa por toda Europa pero organizada en la península que comenzó su temporada este fin de semana en Valencia. Dividido en dos categorías y enfocado totalmente a pilotos amateur, varias joyas se dieron cita en Cheste, tanto en su categoría absoluta como en la nueva M80, reservada a coches de la década de 1980. En tercer lugar, el Trofeo de Regularidad de la Comunitat Valenciana inundó la pista con gran cantidad y diversidad de modelos, compitiendo en esta ocasión únicamente contra el crono y no luchando por posiciones en pista.
Un Merlyn MK4A dominó las carreras y cautivó a los aficionados
Paseando por los boxes del Circuito de Cheste, el coche que más llamaba la atención era este pequeño Merlyn MK4A. Un vehículo posiblemente desconocido para muchos, fabricado por la extinta Colchester Racing Developments a principios de los años 60. Un sports car ligero diseñado para cumplir con el apéndice C de la FIA, que podía estar propulsado tanto por un motor de 1.1 litros proveniente de un Ford Anglia, como por un motor Climax de 2 litros. El ejemplar que encontramos en Valencia, pilotado por el portugués Carlos Barbot, contaba con un motor Lotus de 1.6 litros según pudimos saber.
Montaba una caja de cambios de cinco velocidades desarrollada por Volkswagen y tenía los amortiguadores puestos en horizontal, contando ya con un sistema push-rod en la suspensión. Su mayor logro en la época fue una segunda posición en la Copenhague Cup de 1963 con Richard Redgrave a los mandos, por detrás de un Lotus 23. En esta ocasión, el pequeño Merlyn MK4A fue el más rápido en la clasificación y además ganó ambas mangas del Iberian Historic Endurance, dominando las carreras de principio a fin.
Los Porsche 911 Carrera 3.0 RS destacaron entre el resto de coches
Sin duda uno de los sonidos que transportaron a tiempos pasados a los aficionados asistentes fue el de los cuatro Porsche 911 Carrera 3.0 RS. Con un peso de 900 kilogramos y un motor Flat 6 de 3 litros, sus 230 caballos estaban todavía preparados para luchar y negociar las curvas del trazado valenciano. Con decoraciones clásicas como las de Martini, visualmente los cuatro coches cautivaron también a los asistentes además de posicionarse como los más rápidos detrás del Merlyn mencionado anteriormente. Más versiones del 911 estuvieron presentes, como el caso es el caso del 2.5 ST o del 3.8 RS, que fue el dominador de la categoría M80.
Otra de las marcas con también gran presencia fue Lotus. Encontramos tres modelos diferentes del fabricante británico, con un Seven como punta de lanza en cuanto a tiempos. Los otros dos modelos tenían relación con el bicampeón del mundo de Fórmula 1 Jim Clark. El británico utilizaba de coche de calle un pequeño Elan, asegurando que lo hacía por gusto propio y no por compromiso. Por último, encontramos también un Lotus Cortina, el sedán con el cual participaba en el campeonato británico de turismos los fines de semana que no habían carreras de monoplazas y con el que también destacó.
Las motos tuvieron un peso muy importante en el evento
Parte del evento giró entorno a los vehículos de dos ruedas, con el campeonato de España de clásicas y el International Classic Grand Prix, que reunía motos entre 125cc y 350cc. Además, varias tandas de exhibición hicieron las delicias de los aficionados, con varios pilotos de renombre presentes. Kork Ballington, campeón del mundo de motociclismo en las categorías de 250 y 350 centímetros cúbicos fue la estrella del evento, rodando con su Kawasaki. También estuvo en Valencia Carlos Lavado, campeón del mundo de 250cc en 1983 y 1986. También encontramos todo tipo de motos clásicas, estando presente una Honda NSR del fallecido Daijiro Kato, o una réplica de la 500 de Wayne Rainey.
En cuanto a los vehículos de calle expuestos, los aficionados tenían la posibilidad de inscribir sus coches privados si tenían más de 25 años. Encontramos un Ferrari Testarrosa, gran cantidad de Porsches, varios Alfas, BMWs… Prácticamente todas las marcas tuvieron representación privada en Cheste, incluyendo un Ford Modelo T de 1912. El Club Ducati también asistió a la cita valenciana, con un ejemplar de la 916 «Senna», una de las 300 unidades fabricadas en 1995 para conmemorar al campeón del mundo de Fórmula 1, beneficios de las cuales se destinaron a la fundación benéfica del astro brasileño.
Galería del Racing Legends 2020
Fotos | Víctor Forner