El Rally Dakar 2019 afrontará en la jornada de hoy un terreno muy distinto al de ayer. La organización llevará a los participantes a un terreno mucho más abierto, donde la presencia del fesh-fesh promete ser todo un reto para unos competidores que ya empiezan a acumular el cansancio después de tres días de competición y especialmente tras un lunes y un martes que han supuesto muchas horas detrás del volante o al manillar de sus respectivas monturas, tanto en sectores competitivos como de enlace.
La carrera llega a la primera parte de la etapa maratón ya dejando entrever el día de descanso que se llevará a cabo este mismo sábado y que permitirá recuperar fuerzas a los deportistas antes de afrontar los últimos cinco días de competición, sin embargo, deportivamente podemos decir que llega ya la cita con los nombres más fuertes definidos y si bien, no está todavía la prueba rota en ninguna de las categorías (en quads es donde tenemos las mayores diferencias), sí que hemos visto el momento de forma de cada uno y dónde pueden tener sus respectivos puntos débiles.
Sin embargo, nunca se está exento de sufrir ciertos percances que se encuentran inherentes a una prueba de estas características. El ya famoso kilómetro 178 de la tercera etapa fue un buen ejemplo, algo que incluso despertó un sonoro enfado por parte de Cyril Despres y que dejó un cierto regusto amargo para Sébastien Loeb y Daniel Elena. Sin embargo, ese punto cercano a uno de los WayPoints no fue el único quebradero de cabeza para los organizadores ayer. Sería en el kilómetro 105, en un paso entre cañones que tenía os opciones, bordearlo por la parte superior, o internarse por estrecho camino que quedaba en la parte baja.
Los coches con mayor potencia conseguían superarlo haciendo apoyándose en la montaña, sin embargo, aquellos que se equivocaron o que no tomaron el suficiente impulso terminaban rodando por la ladera. El buggy de Mickael Pisano sería uno de los primeros en atascarse junto a la Hilux de He Zhitao, e incluso la llegada de Antanas Juknevicius a punto estaba de dejarnos al 4×2 de los galos con muchos mayores daños de los que ya había sufrido. Un caos que incluso obligó a la organización a detener los cronos y organizar el tráfico en ese sector antes de verse con un problema de seguridad mayor. Sin duda, la imagen de la tercera etapa sumada a los problemas de Carlos Sainz y Giniel De Villiers y el tercer abandono de Joan Barreda en cuatro años… en ese maldito kilómetro 178.
A bunch of riders got stuck on a difficult section and were trying to get back into the race when suddenly…
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— DAKAR RALLY (@dakar) January 10, 2019