Parecía un mero trámite después de todo lo sucedido en las 11 etapas anteriores, sin embargo, los 175 kilómetros cronometrados de hoy, sumados a los 99 km de enlace posteriores, seguían siendo todo un mundo por recorrer antes de que Carlos Sainz y Lucas Cruz pudieran certificar finalmente una nueva victoria en la carrera. Era el cierre de un círculo que comenzaba hace tres años al aceptar la propuesta de Audi de tomar parte en el Rally Dakar con un prototipo electrificado.
Desde entonces, la pareja española junto a sus compañeros Peterhansel-Boulanger y Ekström-Bergkvist, han tenido una lucha continua para tratar de desarrollar un Audi RS Q e-tron que ha tenido no sólo que superar los habituales problemas de fiabilidad que se pueden dar en un vehículo tan innovador, sino que también han tenido que encontrar esas prestaciones en un coche que estaba pasado de peso, incluso por encima del mínimo que se le pedía por reglamento.
Alguien puede llamarlo ‘The Last Dance’, precisamente porque esta victoria de Carlos Sainz y Lucas Cruz al volante del híbrido de los cuatro aros ha llegado en el mejor de los momentos, justo cuando el proyecto ya estaba dándose por concluido y afrontaba su última edición en el popular rally-raid antes de enfocarse al 100% en el próximo paso de Audi en la competición: el Campeonato del Mundo de Fórmula 1.
Carrera completamente controlada, sin necesidad de sumar victorias de etapa y esquivando todas las trampas del recorrido y los problemas mecánicos que por ejemplo sí sufrieron Ekström y Peterhansel. La carrera realizada por Carlos Sainz y Lucas Cruz fue de libro, convirtiéndose el madrileño en el primer piloto que consigue ganar el Dakar con cuatro marcas distintas de coches, mientras que el copiloto catalán logra también su cuarto tuareg en lo que es una muesca más en una carrera deportiva impecable hasta convertirse en uno de los mejores navegantes de los rally-raids.
Quizás fue ese triple pinchazo del miércoles el momento de mayor apuro para la pareja española de Audi, sin embargo, la estrategia de Audi para cubrir las espaldas de Sainz y Lucas Cruz, así como la predisposición de ambos de seguir en carrera por el bien común del equipo terminaron por dar ese rédito esperado. Triunfo en el Dakar para el primer vehículo electrificado de la historia de la competición y una nueva página de oro que se escribe en las carreras deportivas tanto de Carlos como de su copiloto.
El duelo mantenido con Sébastien Loeb y Fabian Lurquin desde el pasado fin de semana ya quedará grabado en los aficionados a los rally-raids como uno de los más caballerosos vividos en la carrera… en una edición que excepcionalmente apenas ha estado rodeada de esa polémica que siempre acompaña a una competición en la que su dureza, la rivalidad y la heterogeneidad llevan a que siempre se suscite mucha controversia.