El último Consejo Mundial del Motor de la FIA celebrado en Ruanda destapó finalmente las líneas maestras del Campeonato del Mundo de Rallyes para lo que será el gran cambio reglamentario del año 2027. El WRC anunció entre otras cosas más libertad en cuanto a las opciones mecánicas, así como la posibilidad de que los fabricantes puedan utilizar distintos tipos de carrocerías provenientes de segmentos tan dispares como los SUV o las berlinas de tres volúmenes junto a los hatchbacks y la llegada de los Concept Cars.
Estos puntos destacados se vieron acompañados en este caso por la confirmación de que esas sinergias entre WRC y World RX tendrán también continuidad más allá de que ambos están bajo el paraguas del mismo promotor. Los coches de ambas disciplinas podrán competir en ambos campeonatos intercontinentales, aunque por el momento se desconoce en qué términos y cómo será la adaptación, dándose por hecho que sólo implicaría entonces a los modelos de combustión interna y que por el momento los eléctricos tendrían que esperar.
Al respecto de esta situación, se desliza por tanto que los coches de la categoría reina del World RX pasarán en el futuro a utilizar los chasis y jaulas de seguridad diseñados por la FIA para los Rally1, con el fin de garantizar que, en este posible trasvase de competidores entre ambas series, pueda también garantizarse la integridad tanto de pilotos como de copilotos. Sin embargo, parece que esta colaboración entre campeonatos FIA no puede ser la última.
La FIA abre también la puerta a los vehículos del Dakar en el WRC:
Con la consolidación del W2RC, la Federación Internacional de Automovilismo está buscando otras opciones para permitir que los vehículos de las categorías T1+, T2, T3 y T4 (ahora conocidos respectivamente como Ultimate, Stock, Challenger y SSV) se mantengan en activo durante más fines de semana del año y que tengan la opción de competir en un nuevo escenario más allá del Campeonato del Mundo de Rally-Raids y la Copa del Mundo FIA de Bajas.
Es por ello que el máximo organismo federativo dentro del automovilismo está estudiando la posibilidad de que las cuatro categorías puedan disputar eventos sobre tierra tanto del Mundial de Rallyes como del ERC, lo que permitiría por tanto la presencia de los Dacia Sandrider, Toyota GR DKR Hilux o Ford Raptor en los tramos de citas del WRC como el Rally Acrópolis, Arabía Saudí, el Rally Safari, e incluso en citas más convencionales como Cerdeña o Portugal. Cada uno de estos vehículos competiría en su propia categoría, mezclados con la actual pirámide conformada por los Rally1 (sumados a los coches del World RX), Rally2, Rally3, Rally4 y Rally5, permitiendo a su vez que las listas sean más numerosas.
En principio el reglamento deportivo también debería revisar cambios y llevaría a que los vehículos todoterrenos salgan al final de la lista de inscritos, cuando la superficie de las especiales esté más rota y se adapte a la perfección a las características de estos vehículos, aunque se está por el momento investigando cómo pueden alterar especialmente las roderas de cara a las segundas pasadas, momento en el que llegarán los coches de rallyes ‘convencionales’.
De esta forma, la FIA trataría de buscar justificar la inversión de aquellos equipos y estructuras de competición que se animan a adquirir o desarrollar un vehículo para cualquiera de estas categorías y ve cómo el programa anual de la disciplina se reduce a una decena de pruebas internacionales de primer nivel. Con citas más cortas, la posibilidad de ver la acción en directo y aprovechando el foco del WRC, se espera que se refuercen ambas series con la convivencia de ambas reglamentaciones.