Al mismo tiempo que se ha anunciado la cancelación de los Grandes Premios de Australia de Motociclismo y de Fórmula 1, los organizadores de la prueba del Mundial de Rallyes han confirmado que autodescartan su presencia en el calendario de 2022 del WRC, en lo que obviamente es un duro golpe para el automovilismo en las islas, el cual había hecho un gran esfuerzo para volver a acoger citas de primer nivel intercontinental.
Pasa de esta forma la cita oceánica a preparar su posible regreso de cara a 2023, año para el que tendrían planeado una nueva sede, lejos de la actual en Nueva Gales del Sur, permitiendo acercarse a mayores núcleos de población que respondan a la llamada del Campeonato del Mundo de Rallyes o para captar nuevos aficionados. Según la federación australiana, ya han comenzado incluso las reuniones con los organismos gubernamentales, así como las solicitudes de financiación. La última vez que se disputó Australia fue en 2018, prueba en la que se coronó Sébastien Ogier seis veces Campeón del Mundo. La de 2019 fue cancelada por los incendios y en 2020 la pandemia impidió viajar a la isla.
La recuperación de nuestro lugar en el calendario internacional para el WRC no es una tarea fácil, pero estamos decididos a trabajar con las partes interesadas y los gobiernos para asegurar un lugar, y los fondos necesarios. La celebración de eventos internacionales en el corto plazo sigue siendo un desafío obvio, pero debemos planificar para el futuro y tenemos la esperanza de poder obtener el apoyo necesario para traer de vuelta el Rally de Australia y organizar un evento de clase mundial – CEO de Motorsport Australia, Eugene Arocca
Con esta decisión, queda por tanto vacante uno de los lugares de las pruebas transoceánicas que el WRC tiene en su calendario, complicando aún más esos deseos por parte del promotor de hacer un programa mucho más global para el WRC. El Rally Safari anunció hace dos semanas que su contrato se extendía hasta 2026, mientras que Japón, siendo conscientes de las cancelaciones en Australia y de la decisión de MotoGP de no viajar al país o de la Fórmula 1 de no hacer lo propio con Singapur, sigue generando dudas. En teoría, los organizadores del Rally de Japón firmaron a mediados de 2018 un contrato por cuatro años.