Rally de México 2019: de nuevo una puerta cerrada es protagonista de la cita

Citroën quiso terminar rápidamente con la polémica que había quedado tras el primer bucle del sábado en el Rally de México. Kris Meeke lanzaba el dardo que era recogido no solo por Sébastien Ogier, sino también por los propios responsables del equipo y los comisarios de la prueba mexicana. El norirlandés acusaba de tácticas sucias a los franceses, asegurando que habían forzado la aparición de la bandera roja por el accidente de Esapekka Lappi cuando habían visto el pinchazo de Sébastien Ogier. El de Toyota apuntaba que a su paso por el lugar del accidente no revestía ningún peligro y que la neutralización del tramo había sido premeditada, una estrategia por parte de los de los dos chevrones.

Budar saldría a la palestra asegurando que los comentarios de Meeke no tenían ningún tipo de sentido y que la decisión de sacar la bandera roja había sido ajena a ellos, en este caso responsabilidad directa para los “Clerk of the course” de la prueba mexicana, algo que sería confirmado posteriormente por Patrick Suberville a los medios allí presentes, asegurando que al no saber si Lappi se encontraba seguro (a pesar de que ya habían pulsado el botón verde) y la velocidad a la que estaban transitando el resto de competidores.

BANDERA ROJA SS10: después de un incidente relacionado con el coche no. 4 (Lappi / Ferm) en SS10 esta mañana, el Secretario de la carrera tomó la decisión de detener la etapa especial por motivos de seguridad. Aunque el conductor, Esapekka Lappi, activó el botón de OK para alertar al control de rally de que todo estaba bien, Rally Control consideró que el coche estaba en una posición peligrosa para los competidores entrantes en una curva rápida de izquierdas. El Secretario tomó la decisión de detener el tramo activando el protocolo de seguridad de bandera roja.

Cuando parecía que la polémica iba a terminar ahí, Andreas Mikkelsen se encontraría con el esperpéntico escenario de ver cómo un cierre de finca se encontraba cerrado a su paso. Anders Jaeger debería bajarse del Hyundai i20 WRC Coupé para abrir la puerta y colocar una piedra para que esta no se volviera a abrir, recordándonos a la misma situación vivida en 2013 por el propio Sébastien Ogier. En este caso, el noruego ya no se encontraba jugándose nada después de dañar la suspensión en la jornada de ayer, por lo que se quedaba en una desagradable anécdota. Más leña para la hoguera en un fin de semana marcado por los sobresaltos en el caso de la cita norteamericana.

En lo referente únicamente a la competición, Sébastien Ogier aprovechaba la primera especial de la tarde para tensar la cuerda y aventajar en más de 22 segundos a un Elfyn Evans que debía empezar a mirar hacia atrás, con la siempre amenazante presencia de Ott Tänak. La sangría del galés tendría continuidad en los otros dos tramos, cayendo ya a más de medio minuto del piloto de Citroën y encontrándose al piloto de Toyota únicamente 3,8 segundos por detrás. El estonio volvía a emprender la remontada, todo ello a pesar de que su Yaris WRC llegaba al final del TC15 sin el paragolpes trasero ni el difusor. En cuanto al resto, no parecía que hubiera lugar para muchas batallas individuales, lo que animaba prácticamente a la mayoría a conservar sus posiciones a  pesar de lo complicado que estaban los tramos, con susto incluido para Meeke en el mismo lugar del recto matinal de Dani Sordo.

En WRC2 el bucle de la tarde sería toda una revolución, con Marquito Bulacia dejándose en el primer tramo de la jornada vespertina más de 3 minutos y 42 segundos que permitían a Benito Guerra respirar tranquilo y empezar a gestionar una ventaja que parecía más que suficiente para el resto de la prueba. También Alberto Heller debía detenerse, lo que le hacia mantener una estrategia mucho más conservadora al Campeón de la Carrera de Campeones 2019, el cual era incluso abroncado por su copiloto cuando endurecía ligeramente su ritmo.

Clasificación del Rally de México 2019 tras TC15: