La de ayer fue la etapa más larga del Rally de Nueva Zelanda, sin embargo, la jornada del sábado iba a estar a la altura en su arranque con unas condiciones completamente dantescas en las que la lluvia estaba precisamente poniendo en el limite el agarre disponible, algo que ha beneficiado en parte a los pilotos que partían primeros en el orden de salida, comenzando por un Craig Breen que arrancaba el bucle marcando un scratch estratosférico al que prácticamente nadie conseguiría acercarse.
Incluso los grandes candidatos a la victoria iban a sufrir, con un Sébastien Ogier que cedía terreno y una posición respecto a un Kalle Rovanperä que también sería penalizado con cinco segundos por haber excedido la cantidad de energía disponible en la superespecial del jueves. Con las penalizaciones aplicando de tal forma que sería de nuevo Ott Tänak al que le tocaría partir último a los tramos, situación que seguramente no era tan ventajosa como pensando en un recorrido completamente en condiciones de seco.
Más allá de esta situación, el estonio cedería algunos segundos tras cometer un error en el que dañaría ligeramente el frontal del Hyundai i20 N Rally1 pero que aparentemente sí que afectó a esa confianza y concentración con la que partió a las especiales de la etapa del viernes. Sería la especial de Puhoi la que iba a sacudir muy fuerte a la clasificación general. De una tacada, Thierry Neuville comenzaría a sufrir problemas técnicos (se quedaba sin tercera marcha) y Elfyn Evans iba a perder la primera posición tras una salida a alta velocidad en la que su Toyota GR Yaris Rally1 quedaría muy dañado.
El galés se encontraba prácticamente en la mitad del recorrido cuando perdía la trasera del coche y terminaba impactando con el interior de la montaña llegando a rozar el vuelco completo. El paragolpes delantero quedaría seriamente magullado, y con él, el radiador, mientras que de la trasera desaparecería por completo el portón del maletero y junto a él toda la aerodinámica. Llegaría a meta el galés y lo haría a un ritmo sorprendentemente bueno, al menos uno que no hacía presagiar desde la OnBoard que los daños eran masivos como los que tenía.
De esta forma, el de Toyota cedía el liderato, luchando por continuar en carrera ya que también tenía una presión baja del agua, algo que incluso llevó a que el motor entrara en modo de protección y no pudiera arrancar de nuevo tras detenerse en el control horario final del noveno tramo. Después de desplazarse en modo 100% eléctrico, Evans y Scott Martin se pusieron manos a la obra en sellar el radiador, buscar agua de la lluvia para rellenar el circuito y tratar de poner de nuevo en marcha el ICE.
Lo lograron, pero para entonces ya tenían un lastre de medio minuto de desventaja respecto al nuevo líder Kalle Rovanperä y además eran conscientes de que por delante todavía les quedaba un tramo más para completar el bucle. La fortuna para ellos sería la desgracia para otros, ya que el TC10 pasaría posteriormente a ser cancelado después de un fortísimo accidente sufrido por Gus Greensmith tras entrar demasiado rápido y en una trazada muy interior en una curva de alta velocidad de izquierdas completamente mojada. El británico de M-Sport también se iría contra el talud de tierra exterior y dejaría su Ford Puma Rally1 cruzado prácticamente en medio del camino. Afortunadamente, tanto él, como Jonas Andersson habían resultado ilesos.
Rovanperä llegó a arrancar en el tramo, pero inmediatamente se le mostró la bandera roja y 10 minutos, el mensaje de “especial interrumpida” se convirtió en “especial cancelada”. Aun así, para el finlandés ha sido una mañana excepcional, mostrando velocidad, situándose al frente de la carrera y sabiendo que actualmente estaría en ese escenario en el que tendría los 60 puntos de margen sobre Ott Tänak, la victoria que necesitaba para que no pueda haber empate a triunfos y sólo estaría condicionado por los puntos que pudiera sacar uno y otro en la Power Stage del domingo.
Ahora mismo Rovanperä tiene 4,6 segundos de margen sobre Tänak, 6,5 con Ogier y 30,4 respecto a Elfyn Evans. Quedar por cómo son los tiempos compensados que se les atribuyen a todos ellos, ya que ninguno de ellos ha podido competir en esta última especial.