A sólo dos meses y medio para terminar el año, los equipos deben tener ya en las pizarras el plan de trabajo para 2021, un año agotador, en el que se deberá compaginar la competición en un calendario de 12 citas con el desarrollo de un coche completamente nuevo. Todo ello además estará condicionado por si fuera poco por una campaña 2020 que terminará mucho más tarde de lo que estaba previsto, con el Monza Rallye a disputarse en diciembre, así como la necesidad de poner a prueba los neumáticos Pirelli, fabricante que llegará como suministrador único el año que viene.
La FIA confirmaba ayer que el plan en principio debería pasar por el inicio de las pruebas de los Rally1 a partir del mes de febrero, seguramente con las dificultades que puede haber ocasionado a Compact Dynamics el desarrollo del sistema híbrido estos meses de pandemia. Esto traerá algunas complicaciones, debido a que los fabricantes no podrán probar en condiciones meteorológicas invernales hasta finales de año, ya que el trabajo a principios de temporada en 2021 se destinará especialmente a la puesta a punto de los coches con las nuevas gomas y a probar las últimas novedades a homologar.
Se espera que las pruebas de desarrollo de los Rally1 comiencen en febrero de 2021. Contarán con un sistema híbrido de 100 kilovatios que se desplegará en todo el escenario o que esté diseñado para alimentar el coche. El reglamento técnico final del Rally1 aprobado por el Consejo Mundial de Deportes de Motor de la FIA brinda detalles de las características de seguridad adicionales que se incorporarán a los autos que compiten en el nivel superior del Campeonato Mundial de Rally FIA a partir de 2022
Aunque en lo estético se espera que se mantengan las dimensiones y parte de la estética, con ese kit aerodinámico tan agresivo, los equipos deberán adaptar la concepción de los nuevos coches a otros elementos además de los trenes motrices híbridos, sabedores de que los equipos ahora podrán optar por crear chasis tubulares (por primera vez desde 1986) en lugar de construir sus vehículos en torno a un chasis de producción, mientras que la jaula de seguridad será estandarizada por la FIA, introduciendo un aro secundario detrás del piloto y el copiloto para aumentar aún más la resistencia al balanceo, además de reforzar la zona de las puertas con unas barras de mayor espesor para proteger a los ocupantes precisamente frente a impactos laterales.