Tiempos pasados en el automovilismo fueron mejores. Al menos en lo que respecta a las carreras de campeones, con pilotos de Fórmula 1 compitiendo sobre tierra en Gran Canaria o con representación de pilotos de rallyes, algo que nos quedamos sin ver en la última ROC de Miami, disputada en plena vorágine del Dakar y Rallye de Monte-Carlo. En el pasado había espacio para este tipo de duelos entre especialistas de tramos y de pista. Incluso cadenas televisivas como la BBC organizaban sus propios eventos.
Una especia de carrera de campeones fue lo que organizó el canal británico en 1983. Con el nombre del RallySprint de la BBC, se reunió a presentantes de ambas disciplinas, incluyendo a algunos campeones del mundo. Pentti Airikkala, Stig Blomqvist, Jimmy McRae y Tony Pond compitieron en representación de los rallyes, mientras que entre los pilotos de circuito nos encontramos a Nigel Mansell, Danny Sullivan, Derek Warwick y John Watson.
La competición se dividió en tres pruebas muy diferenciadas, la primera de ellas unas pequeñas especial en un bosque en la que los participantes se debían poner al volante del Rover SD1 de 300 CV y controlar sus dos toneladas de peso (los británicos solían decir de él que tenía la movilidad de una casa) sobre un terreno en el que se pretendía poner contra las cuerdas a los ‘circuiteros’. La segunda era una especie de Gymkhana en la que los pilotos se pondrían por primera vez al volante de los MG Metro de 1.300cc para pasar al Austin Maestro unos minutos más tarde para una carrera monomarca en la pista de Donnington.
Y ahora nos preguntamos, ¿por qué no se puede hacer algo así ahora? Olvidar los multimillonarios contratos publicitarios con las marcas, las cláusulas contractuales y el prestigio para poder ver un bonito duelo entre pilotos de Gran Premio y del Mundial de Rallyes. Porque sería maravilloso, sin importar quién ganase, un duelo de estas características entre los Jari-Matti Latvala, Sébastien Ogier, Sebastian Vettel, Fernando Alonso, Lewis Hamilton y Thierry Neuville.