El rendimiento de Red Bull en el Gran Premio de Gran Bretaña ha preocupado entre sus filas, sobre todo teniendo en cuenta que Silverstone se puede hacer casi el 70% del tiempo con el pedal a fondo. Aun así, el déficit con respecto a Mercedes y Ferrari fue bastante abultado. Es cierto que Daniel Ricciardo salía desde atrás y terminó quinto, y que en el fondo Max Verstappen quedó cuarto, pero en ritmo puro todavía hay una brecha importante. Y más en un circuito tan rápido como este.
Creo que nos sentimos un poco ‘out’ este fin de semana. No estoy seguro de que hayamos sacado el máximo provecho del coche. Sufrimos un poco en las curvas de baja velocidad, por lo que hay un poco por comprender, en lo que se refiere al análisis, acerca de por qué sucedió así.
Un Gran Premio antes, en Austria, Daniel Ricciardo terminó muy cerca de los líderes; una semana más tarde el primer Red Bull cruzaba la meta a medio minuto del líder. La rapidez de la pista gracias a la configuración actual de los coches hace que la potencia sea, en el fondo, más determinante hoy que hace un año en Silverstone. Para Hungría las cosas deberían volver a la normalidad para Red Bull, que además llevará un paquete aerodinámico con mejoras «significativas», según Ricciardo, pero que «no son para tanto» en la versión de Christian Horner.
Red Bull tratará de conseguir un nuevo gran resultado en Hungría, tierra de esperanzas para el resto de escuderías, un circuito que por sus características supone una oportunidad para destacar a equipos que normalmente sufren si la pista demanda potencia. Veremos.
Vía | Motorsport