Uno de los puntos más importantes de la Fórmula 1 de los últimos dos años ha sido el denominado ‘Party Mode’, un mapa motor especial que equipos como Ferrari y Mercedes usaban en sus propulsores en la Q3 de las sesiones clasificatorias y que les daba un extra de potencia que les ayudaba a marcar la diferencia con respecto a sus rivales. Aunque la fortaleza de los equipos más potentes se mantenía en carrera, su hegemonía en clasificación se construyó sobre la posibilidad de sacar el máximo rendimiento a una vuelta. En 2019, Red Bull contará también con este particular ‘modo’ que en Milton Keynes esperan que les ayude a recortar la diferencia con respecto a Mercedes y Ferrari.
Desde su entrada en la Fórmula 1 en 2005, Red Bull ha estado con tres fabricantes de motor distintos, comenzando su andadura con Cosworth antes de pasarse un año con Ferrari y acabar asociados a Renault desde 2007 hasta 2018. Más de una década junto al fabricante francés que acabó de forma poco amigable, entre críticas y ataques por ambas partes. A partir de 2019, Red Bull se une a Honda tras empezar su asociación a través de Toro Rosso. Desde el equipo de la marca de bebidas energéticas son optimistas y aunque son conscientes del desafío, lo ven con buenos ojos a tenor de la información disponible a día de hoy… que es más de la que podría parecer precisamente a través de Faenza.
Helmut Marko en particular cree que las ganancias previstas y esperadas para 2019 deberían llevar a Red Bull a la altura de los dos equipos que han dominado las últimas temporadas: «Los números nos hacen ser muy optimistas con respecto al incremento de rendimiento. Por primera vez podremos celebrarlo con un ‘Party Mode’. El motor Honda está algo por encima del Renault y si combinamos nuestros datos de GPS con lo que nos ha proporcionado Honda, estaremos alrededor de Mercedes y Ferrari», decía el austriaco en declaraciones a Motorsport.com. Pero tampoco se engaña y es consciente que sus rivales también están en marcha.
A fin de cuentas, tanto Mercedes como Ferrari han estado trabajando duro para las nuevas normativas aerodinámicas implementadas en 2019 y su ventaja de motores les sitúa por delante antes incluso de tener en cuenta sus evoluciones para este año: «Está claro que ellos no se habrán dormido. Pero están a un nivel tan alto que les costará más hacer grandes saltos de rendimiento. Incluso si estamos 10 o 15 kilovatios de potencia por detrás, eso no sería distinto a nuestra situación con Renault con los V8. Podemos compensarlo», concluyó el expiloto y hombre fuerte de Red Bull.
Yendo más allá, Christian Horner apuntó a que tener 40 kilovatios más de potencia habría cambiado la temporada por completo. Un punto razonable, teniendo en cuenta que Red Bull ganó un total de cuatro carreras. Los problemas técnicos en varios eventos y la falta de progreso reconocida por Renault fueron quizás las principales claves que evitaron que Red Bull estuviera arriba más a menudo. Curiosamente, Honda tuvo menos problemas técnicos aunque la comparativa a bordo del Toro Rosso tampoco le es especialmente favorable. Siempre según Marko, cree que 2019 es un año de adaptación para Red Bull: «Somos conscientes de que será un año difícil en cuanto a fiabilidad y la mayoría de equipos no podrán completar el año con tres motores», aseguró.
Según el Doctor Marko, lo más importante será elegir bien en qué momentos hay que cambiar motores: «Si eliges los circuitos adecuados, puedes estar arriba en unas pocas vueltas. Esa será la idea, aceptar penalizaciones de forma consciente si lo vemos necesario», comentó. Finalmente, Marko defendió la postura de Red Bull respecto a Renault: «Nos faltaban hasta 70 caballos de potencia en las sesiones clasificatorias y de media estábamos unos 40 por detrás. Nuestros datos nos muestran lo mucho que perdíamos en las rectas y lo mucho que ganábamos en las curvas. Y cuando la potencia del motor Ferrari estaba en su punto más alto, la diferencia era aún más extrema», concluyó. Para Red Bull y Honda, los test en Barcelona serán más cruciales que nunca…