La temporada 2017 no ha empezado tan bien para Red Bull Racing como cabía suponer tras la campaña anterior. Ya lo insinuaba Daniel Ricciardo a principio de temporada, diciendo que llevaban tres temporadas en desventaja con respecto a los grandes (Mercedes y, en mayor medida este año, Ferrari). Por su parte, Helmut Marko hablaba de decepción tras el Gran Premio de Australia por el escaso ritmo mostrado, y situaba la primera gran mejora del motor para el GP de Canadá. Pues bien, la fecha apunta ahora al próximo GP de Austria, que se disputará el próximo 9 de julio.
Esto no deja de ser un pequeño retraso en cuanto a actualizaciones de importancia, aunque ya en Barcelona trajeron pequeñas evoluciones, para Mónaco se esperan más (pero también de poca importancia), y en Canadá llegará un paquete aerodinámico de baja carga. No será hasta el Gran Premio de Austria cuando llegue una de las evoluciones más necesitadas, la del motor, así que hasta entonces sus pilotos deberán hacer virguerías en la pista para mantener el nivel.
Y es que, a la chita callando, Force India es la cuarta fuerza del año con 53 puntos por los 72 de Red Bull. No es que estén al acecho, pero debe ser preocupante para los de Milton Keynes comprobar cómo una escudería que, en teoría, debería ser más de clase media, está a tiro de piedra de alcanzarlos y que ha terminado el Gran Premio de España con sus dos pilotos clasificados cuarto y quinto, respectivamente.
Adrian Newey ha vuelto a la fábrica para echar una mano en el equipo, tras un par de años dedicando más tiempo a proyectos alejados de la F1, con el fin de tratar de entender mejor los problemas a partir del feedback de sus pilotos, y uno de los focos de atención será el efecto de los neumáticos más anchos en la aerodinámica, con un impacto mayor del que pensaban (según Christian Horner).
Vía | F1i