La polémica ya está servida. Después de que este miércoles la FIA reconociera que algunos equipos habían presentado quejas o sospechas de que alguna de las escuderías estaba utilizando un sistema móvil para variar la altura de la quilla, hoy ha sido Red Bull Racing a la que al parecer no le ha quedado más remedio que entonar el mea culpa y confirmar que es su RB20 el que monta dicho sistema.
Según las informaciones, se sospechaba que el equipo que utilizara dicho dispositivo, el cual permitía en principio devolver el T-Tray (conocido comúnmente en el paddock como Tea Tray o Bandeja de Té) a una altura adecuada para afrontar la carrera después de haber realizado la clasificación en una posición mucho más baja, la cual permitiría obtener algo más de carga aerodinámica. Recuperando esa posición inicial, se conseguiría evitar que el roce con el asfalto al estar cargado con los 100 kilos de combustible pudiera ejercer un desgaste excesivo en la tabla y que el coche pudiera por tanto ser descalificado.
Los medios desplazados, comenzando por Andrew Benson de la BBC, consiguieron obtener la confirmación por parte de red Bull Racing de que estaban empleando este sistema de cambio de ángulo de la quilla, afirmando que estaban en conversaciones activas con la FIA para solventar cualquier problemática en torno al dispositivo que en principio podría ser operado por un mecánico desde el habitáculo.
“En la numerosa correspondencia que hemos mantenido con la FIA, este tema surgió y hemos acordado un plan para seguir adelante” afirmaba una Red Bull Racing cuya principal línea de defensa se ha centrado en que, a pesar de que se confirma su existencia: «es inaccesible una vez que el coche está completamente montado y listo para correr”, dejando entrever que no puede ser operado dicho elemento con el monoplaza ensamblado de forma completa.
Parece extraño por tanto que Red Bull no haya sacado provecho de este sistema entre clasificación en carrera, teniendo en cuenta que en condiciones fuera de parque cerrado se podría perfectamente reglar la altura de la quilla dependiendo de las necesidades ya que el coche estaría en disposición de ser desmontado. Es más, otros equipos pueden hacerlo de esta forma, algo que por tanto llamó la atención de las escuderías rivales cuando consultaron la documentación disponible bajo las obligaciones de ‘código abierto’.
Recordemos que llegamos a la noche del miércoles con la Federación Internacional anunciando medidas especiales para asegurar de que no existía un sistema así, garantizando a través de los sellos que no se pudiera operar un elemento en condiciones que no lo permiten la reglamentación: “Cualquier ajuste de la distancia entre los dorsales delanteros durante las condiciones de parque cerrado está estrictamente prohibido por las regulaciones”, dijo un portavoz de la FIA. “Si bien no hemos recibido ninguna indicación de que algún equipo emplee un sistema de este tipo, la FIA sigue vigilante en nuestros esfuerzos continuos por mejorar la vigilancia del deporte».
Como Red Bull no fue descubierto empleando este dispositivo en régimen de Parc Fermé en carreras pasadas, parece muy complicado pensar que se le vaya a sancionar de alguna forma, tanto económica como deportivamente.
