Demoledor. Por mucho que se tuvieran las referencias de lo sucedido con Pierre Gasly y Alex Albon, parecía que al menos Red Bull Racing iba a tener paciencia para darle media temporada de margen a su flamante fichaje de este invierno: Liam Lawson. Dos Grandes Premios y una carrera al sprint después, los mentideros del paddock ya empezaron a hablar sobre la posibilidad de que el piloto oceánico sea bajado del Red Bull para la próxima carrera y sustituido por Yuki Tsunoda.
Tal fue el punto de tensión que se vivió después de la carrera de este pasado domingo en el Circuito de Shanghái que, Christian Horner tuvo que salir por primera vez a atajar rumores, algo que ha hecho en el pasado con otros pilotos como el propio Checo Pérez, pero que nunca se había dado tan temprano en la temporada como lo sucedido con Lawson, sin duda la sorpresa negativa de este arranque de año junto a Jack Doohan.
Después de caer en la Q1 de Australia, se esperaba un repunte de rendimiento por parte del piloto neozelandés de cara a este fin de semana. Sin embargo, él fue uno de los grandes damnificados de encontrarse no sólo con un arranque de campaña lejos de Bahréin, circuito en el que se hicieron los test y en el que seguramente hubiese tenido un inicio más sencillo, sino que, además, el segundo Gran Premio se celebró en formato al sprint, lo que significaron incluso menos minutos de prácticas para tomar confianza con el coche. El resultado no se hico esperar: KO en SQ1 y KO en Q1 respectivamente.
El 12º puesto en Shanghái tras las descalificaciones no permitió sumar méritos para defender su asiento. Lawson estuvo en la lucha con los Doohan, Hadjar y compañía, pilotos que teóricamente tenían monoplazas menos competitivos que el RB21 que pilotó Liam. De nuevo el arma de doble filo que supone llevar un Red Bull en la era Max Verstappen; no sólo es imposible resistir la comparación, sino que además, la forma tan extrema de tener que llevar el coche hace que se vean incluso más las deficiencias, ya sea por falta de adaptación respecto a tu estilo de pilotaje o por contar con menos kilómetros de los necesario.
Por delante hay casi dos semanas hasta el próximo Gran Premio que únicamente servirán para seguir añadiendo presión sobre los hombros de Lawson y crear expectativas en el caso de Tsunoda. Si el japonés se sube la semana que viene en Suzuka al Red Bull, de nuevo puede ser victima de un regalo envenenado. Las declaraciones de Horner estuvieron lejos de ser una ratificación para Liam: «De momento, todo es pura especulación. Como dije, acabamos de terminar esta carrera. Vamos a analizar la información y analizarla a fondo. El problema para él es que ha tenido un par de fines de semana realmente difíciles. Tiene a todos los medios de comunicación a sus espaldas, y la presión crece naturalmente en este negocio. Lo siento mucho por él. Se nota que es muy duro».
Desde entonces se han lanzado decenas de teorías sobre lo que hará Red Bull. Desde el cambio de pilotos entre Tsunoda y Lawson entre sus dos escuderías hasta la opción directamente de bajar a Lawson del proyecto, subir a Yuki a RBR y fichar para Racing Bulls a Franco Colapinto. Sea como fuere la solución definitiva, por el momento ha sido la demostración perfecta de que la estrategia de contrataciones para/con su programa de jóvenes pilotos no ha tenido el resultado esperando
¿Qué opciones tiene Red Bull para Japón?
«Tenemos los datos de las dos primeras carreras y los analizaremos con atención. Contamos con 400 ingenieros en el equipo y 600 sensores en el coche, así que tenemos una enorme cantidad de información que analizar», admitía Horner tras la carrera. La sensación es que si tienes que respaldarte a estas alturas en los datos, es que lo visto desde fuera del asfalto no está cumpliendo. “Liam es un chico joven. Tenemos el deber de cuidarlo. Y haremos todo lo posible por apoyarlo. Sigue siendo un piloto muy capaz. Lo sabemos. Simplemente, por alguna razón, no lo vemos capaz de ofrecer ese nivel de rendimiento en este momento”.
Se trata desde luego del punto contrario al que parece haberse encontrado Tsunoda, del cual el propio Helmut Marko se quiso deshacer en elogios: «Yuki está en la mejor forma de su vida. Es un Yuki diferente al de los últimos años. Ha tenido una nueva dirección, tiene un enfoque diferente y es más maduro. Le llevó un tiempo, pero ahora parece estar funcionando”. Sin embargo, la duda que planea el paddock es sobre lo que sería capaz de hacer el nipón con un monoplaza tan complejo de pilotar con el RB21, un monoplaza con una parte delantera muy precisa y una zaga rígida que obliga a ser muy agresivo al volante. El propio Verstappen deja entrever la situación: «Cuando hablo con Liam, el coche de Racing Bulls es definitivamente más fácil de conducir que el nuestro».
En cuanto a la opción de Franco Colapinto, tampoco te asegura una rápida adaptación a este estilo de pilotaje que exige el RB21, y aunque la forma de ser del argentino parece hecha para soportar la presión, él mismo dejó entrever que con sus primeros errores en 2024 le habían podido las ganas de llevar al coche más allá de sus posibilidades. Sentarse en un Red Bull con alma de diva y tener además la presión de hype que ha creado tu propia figura como piloto en el mercado hispano, así como la losa que supone defender los coches de Red Bull después de ser fichado además de otro equipo… la presión puede convertirse en una atmosfera irrespirable.
Sabíamos que iba a ser complicado y salimos desde boxes para probar algo con el coche, pero por desgracia no salió como queríamos. Lo que fue un fin de semana complicado, hoy lo ha sido aún más. Lamentablemente, no tengo tiempo para acostumbrarme, pero tengo que encontrar una solución cuanto antes. No tengo tiempo para probar el coche y acostumbrarme, pero ya estamos en plena temporada, así que en cada carrera perdemos puntos. A eso me refiero más o menos con «no tener tiempo» – Liam Lawson
Fotos | Red Bull Content Pool