Prototipos y GT’s, una combinación ancestral que ha excitado la fantasía popular de los aficionados al automovilismo desde… bueno, desde siempre, realmente. La idea de las 24 horas de Le Mans aplicada a competiciones en otros circuitos. En su día los aficionados entendían el concepto de las carreras de Sport, hoy en día hay que venderlo con el nombre de Le Mans incluso si el campeonato no tiene una cita en el legendario circuito francés (European Le Mans Series, Asian Le Mans Series…). Pero el concepto es el mismo. Resistencia, carreras largas, cambios de pilotos. Y en 2019, Barcelona es parte de este mundillo por partida doble. Se trata del retorno de uno de los tipos de carreras más «puros» que existen por primera vez desde 2009.
Bien es cierto que en realidad, después de los 1000 kilómetros de Catalunya disputados en 2008 y 2009 aún hubo carreras de prototipos. No nos referimos a las de los históricos vistos en el Espíritu de Montjuïc (aunque también), ya que estas no dejan de ser carreras tirando a cortas. A lo largo de los años vimos certámenes como el V de V francés que en cierta forma devolvía las carreras de prototipos a un escenario de casa. Pero la realidad es que no era lo mismo. Porque a pesar de todo, parte del atractivo del endurance es tener una gran cantidad de coches (41 en las ELMS el pasado sábado) compartiendo pista en el mismo momento. Los coches grandes tienen que lidiar con los pequeños en los doblajes y las carreras de varias horas traen un desafío en forma de exigencia física y mecánica, además de compartir coche y reglajes.
En definitiva, que sí, que está muy bien el mundo de la resistencia y eso es algo que el que no lo sabía, ya lo podía intuir. Los menos experimentados en estas lides tuvieron la oportunidad de descubrir un mundo totalmente nuevo el pasado viernes y sábado en el Circuit de Barcelona-Catalunya… y el resultado no decepcionó. Habrá quien crea que los más de diez mil espectadores son pocos pero teniendo en cuenta los números que se mueven alrededor del mundo, es una cifra que no es nada despreciable. Las European Le Mans Series dieron buena imagen sobre todo en la tribuna principal (aunque la gente acabara buscando cobijo en las zonas sombrías por las altas temperaturas de todo el día) y en el estadio, los dos lugares clásicos en los que disfrutar en el trazado catalán.
Un detalle bonito fue el de ver como la presencia de Fernando Alonso en el WEC y en las 24 horas de Le Mans ha acabado trayendo nuevos aficionados a una nueva categoría. Puede ser una pena que para ‘estrenarnos’, necesitemos que un piloto nos abra la puerta. Pero lejos de estas consideraciones que tienen cierto sentido, ver tribunas con muchas gorras de Alonso en distintas versiones del mundo de la resistencia (había muchas de Toyota pero también de sus dos participaciones en las 24 horas de Daytona) era algo que servía para dejar claro que los aficionados sabían perfectamente a lo que iban: a ver carreras de resistencia. El nombre «Le Mans» sigue siendo atrayente y la presencia de un piloto español en Dani Clos también fue bienvenida.
Mejor aún, la gente podía acceder de forma gratuita al circuito pero muchísimos eligieron pagar los 10 euros que permitían a cada aficionado ‘colarse’ en el paddock del campeonato. Una iniciativa fantástica que permite a cualquiera disfrutar de las carreras pero que da un incentivo para pagar un precio para nada exagerado. ¿En qué otra competición internacional se puede estar tan cerca de los protagonistas por un precio tan bajo? Lo mismo en el caso del WEC, que realiza el Prólogo de su temporada 2019 con sus dos primeras jornadas de pruebas en Barcelona. El mundo de la resistencia sigue en Montmeló y lo hace con un crescendo del certamen europeo al mundial. De los LMP2 a los LMP1. De los Oreca, Ligier y Aurus a los Toyota, Rebellion y Ginetta.
Tanto la jornada de hoy como la de mañana ofrecen una oportunidad fantástica de volver a disfrutar de las carreras de resistencia aunque sea con unos ‘meros’ test (que para algunos equipos son poco más que shakedown para sus nuevos coches). Pero la emoción de ver a los LMP1 en ‘nuestro’ circuito es algo que no nos quita nadie. Habiendo disfrutado de varias carreras del WEC en directo en los últimos años, la imagen de los Toyota TS050 por la recta de meta del Circuit de Barcelona-Catalunya genera tantos sentimientos de cautivación como de surrealismo. Además, el aficionado a los datos del automovilismo ya está pendiente de ver cómo se comparan los LMP1 con los Fórmula 1 y los Fórmula 2 en el mismo trazado…