Un domingo 8 de junio de 2008, el piloto polaco Robert Kubica ganó el Gran Premio de Canadá, al volante de un BMW Sauber F1.08, su primera y hasta ahora única victoria en la Fórmula 1. Diez años después, Kubica ha declarado que de aquel día no conserva ningún objeto puesto que el trofeo original quedó en poder de la escudería y él nunca recibió una réplica. También indicó que por años ha intentado comprar uno de los coches que utilizó esa temporada pero no ha podido. Sin embargo, todavía no pierde las esperanzas de recuperar algún recuerdo de ese valioso día.
Explicó Kubica que tras la ceremonia del podio y de la foto oficial junto al equipo, se había acordado que recibiría una copia del trofeo porque así lo estipulaba su contrato. Pero los días transcurrieron y nada ocurrió. También le ha seguido la pista a los F1.08 que todavía conservan sus formas originales para negociar con sus propietarios una venta, no obstante, manifestó que solamente deben existir unos tres o cuatro coches en buen estado ya que la mayoría se utilizó para desarrollar el KERS, así que fueron modificados y luego desarmados.
De esos tres o cuatro que aún existen, seguramente sin el motor V8 BMW P86/8, hay uno en las instalaciones de Sauber y otro está en posesión de un coleccionista particular y ninguno quiere venderlos. Aunque expresó que no es muy apegado a las cosas materiales, le resulta un tanto frustrante no conservar entre sus objetos personales algún recuerdo del que fue uno de los momentos más fantásticos de su vida.
No tengo mi trofeo. El equipo lo guardó y no me dio una copia. La última vez que vi mi trofeo fue en la foto del equipo después del podio. Tampoco tengo el coche, intenté comprar uno hace años sin éxito. Hay una larga historia detrás de estos coches. Muchos de esos chasis no existen, creo que solo hay tres o cuatro y nadie quiere venderlos. Para mí tienen mucho valor, intentaré obtener uno en el futuro porque me recuerda el mejor fin de semana de mi carrera.
Vía | Nextgen Auto
