El regreso de Robert Kubica a la Fórmula 1 ha sido tan celebrado como decepcionante. Se esperaba que el coche de Williams para 2019 no fuera un portento visto el desarrollo irregular de su máquina de 2018 y los retrasos del equipo de Grove en los test de pretemporada en Montmeló confirmaron el desastre inicial. El FW42 es el coche más lento con diferencia y su ritmo lejano al resto de la parrilla han dejado en mal lugar a Kubica y a George Russell, limitados a luchar entre ellos a falta de cazar a otros equipos. «Esta F1 es diferente a la que competí durante años, los coches son mucho más amplios y debo descubrir qué hacer en pista poco a poco», dijo el polaco.
«Mi posible falta de ritmo debería llegar por una combinación de dos factores: mi regreso a un trazado urbano y la falta de actividad general durante tanto tiempo. No habrá confianza si la goma no se comporta bien y permite una respuesta inmediata». La prudencia y el pesimismo forman parte de su discurso por el momento. «Todo puede pasar en Bakú, pero creo que Williams estaba más cerca de los demás equipos el año pasado. Lo que hemos visto en las tres primeras nos hace pensar que será muy complicado a casi imposible pelear por puntuar, no esperamos un resultado espectacular.
«La pista es muy nueva y las curvas, estrechas. Los frenos sufren ante el exceso de reducción a altas velocidades y el margen de error es pequeño, espero estar cerca de los muros sin llegar a tocarlos. Hay que confiar en las posibilidades y tener conocimiento de lo que pueda pasar». Para Kubica sería más divertido luchar con los demás pilotos y permanecer más cerca del grupo, ya que «de momento hay que disfrutar de lo que tengo y prefiero correr con un Fórmula 1 que ver la carrera en televisión. Experimento emociones y sentimientos que no tenía desde hace años cuando me subo a un F1″.
Bakú es el primer circuito del calendario de 2019 en el que Kubica no había competido nunca y sus pruebas virtuales iniciales no han sido satisfactorias. «Hemos realizado algunas vueltas en el simulador, que no representa para nada la realidad. Bakú parece muy simple en general excepto en sus secciones estrechas. Tendré que descubrirlo por mi mismo y ser más prudente al principio, hecho normal en circuito urbano, mi primero desde Singapur en 2010. No dudñó en alabar el trabajo de los mecánicos, ingenieros y personal de pista cercano que busca mejorar el rendimiento del coches «Ojalá mejoremos pronto para recompensar su faena».
Un asunto crítico en un trazado como el de la capital azerí es el hecho de siquiera rozar el muro, hecho que con mala suerte puede torcer una pieza importante y hacer perder tiempo al piloto en forma de reparaciones. La falta de recambios de Williams en algunos Grandes Premios es un asunto preocupante que Kubica trata con relativa naturalidad. «Un circuito urbano requiere otro tipo de pilotaje, hay que descubrirlo y probar todo lo posible con menos margen de error que en un trazado permanente. Hay que vigilar el margen del límite sin ser lento, un compromiso difícil de obtener».