La de hoy promete ser una de las jornadas más emotivas y especiales de la vida de Robert Kubica. El piloto polaco, el cual se negó durante mucho tiempo a ver los Grandes Premios a través de la televisión con miedo a que la nostalgia fuera más fuerte que él, volverá a ponerse al volante de un monoplaza de Fórmula 1 para encarar la primera sesión de entrenamientos libres del GP de España que se disputará durante este fin de semana en el Circuit de Barcelona-Catalunya.
Kubica se sentará al volante del FW41 por el que peleó hasta el último momento con Sergey Sirotkin con el objetivo de ayudar al equipo en su nuevo papel como piloto reserva, una escudería Williams en horas bajas (siguen siendo farolillos rojos del campeonato con sólo 4 puntos), que lejos de conseguir resultados en la pista, también se ha ganado el tirón de orejas público de la FIA tras el Gran Premio de Azerbaiyán. Todo ello quedará a un lado cuando Robert, de nuevo enfundado en el mono ignifugo de color blanco de los de Grove, salga a pista portando el dorsal #40.
Una nueva muestra de la fortaleza de este piloto que vio como en 2013, la disciplina en la que perdió la oportunidad de llegar a lo más alto de la Fórmula 1, también le convertía en Campeón del Mundo, en este caso del WRC2. A partir de ahí ha sumado días de trabajo para volver a llegar a la casilla de salida. En su brazo derecho las cicatrices del accidente de 2011 en el Rallye Cita di Andora son un recordatorio intemporal de lo afortunado que es de seguir vivo. Sus limitaciones físicas, lejos de desanimarle en su objetivo de regresar al Gran Circo, lo han convertido en todo un ejemplo de superación, de la grandeza del ser humano y en especial de ese gen ganador con el que cuentan los deportistas.
En el último vídeo subido por Williams a su cuenta de YouTube, Kubica nos cuenta con sus propias palabras su historia, nos muestra esas cicatrices que recorren su brazo derecho, fruto de las muchas operaciones a las que ha sido sometido. Por primera vez no oculta la condición del mismo, la oportunidad perfecta para admirar aún más a este piloto inagotable al desaliento que volverá a sentarse la próxima semana, durante los test de temporada en el monoplaza diseñado por Paddy Lowe para tratar de ayudar a la histórica escudería a salir del lodazal en el que se encuentra. Será un día más de trabajo para él, para el resto, un capitulo más en la demostración de lo importante que es no rendirse nunca.