No se ha llegado ni al tercer mes completado de competición en la Fórmula 1 y ya hay voces que reubican a Robert Kubica en la parrilla. Irónicamente, no es en el equipo Williams en sustitución de alguno de sus dos pilotos. Es en Toro Rosso, y en sustitución de Brendon Hartley. El neozelandés está en la cuerda floja, y como es habitual en la categoría reina, eso significa no sólo un extra de presión, también un aluvión de habladurías y rumores.
Principalmente, estas habladurías llegan tras las palabras de Helmut Marko sobre el futuro de Hartley. «Lo analizaremos con calma y paz y decidiremos», ha comentado el austriaco a Speed Week. Aunque no fuese culpa suyo el abandono en Mónaco, sí que es verdad que Hartley no lleva una temporada precisamente perfecta, y menos con el rendimiento de Pierre Gasly.
En resumen, esa es la noticia. Pero, ¿es realmente viable? Kubica, al igual que Hartley, no son precisamente jóvenes pilotos. Por eso planteamos las dos opciones encima de la mesa, y a partir de ellas, cada uno puede elegir la que más se adapte a su propia opinión.
Si somos positivos, Kubica es un diamante en bruto para Toro Rosso. El equipo acaba de empezar su andadura con Honda en una toma de contacto entre Red Bull y la marca nipona. O lo que es lo mismo, Kubica es una fuente de feedback importante. Tal y como afirmó Nick Chester, Robert sigue siendo muy detallista y útil a la hora de transferir información a los mecánicos. Esto es un plus a la hora de valorar la posible entrada del polaco en Faenza.
La relación con Honda implica que también suene el nombre de Nirei Fukuzumi y se considere un logro meterlo en la órbita de la marca de bebidas, pero nada más lejos de la realidad: Fukuzumi no está preparado, por muy piloto con coloración Red Bull que sea. Además, a nivel burocrático están los puntos de la Superlicencia, que el japonés no posee. 2018 queda descartado, y el camino para Kubica, de ser ciertos los rumores, es más llano.
Si somos negativos, lo normal es creer que el cambio de aires a Kubica le sentará mal. No sólo porque es un equipo nuevo y tendría que adaptarse. También existe el problema de movilidad de su brazo. El pilotaje es fino a una vuelta, como se vio en el pasado Gran Premio de España durante los entrenamientos libres. Pero una cosa es eso y otra estar en tensión durante 90-100 minutos, rodando a altas velocidades y poniendo en jaque no sólo su seguridad, también la del resto.
Sí, Kubica ha estado bajo presión en los rallies, pero con una diferencia: el rival en los rallies es el propio límite del piloto y el crono, mientras que en una carrera de circuito el límite lo marca el coche y los rivales. En los tramos se compite solo, en un circuito no, y esa costumbre de compartir pista y adelantar necesita de tiempo para adaptarse. Robert, precisamente, no lleva poco en dique seco.
Su presencia en la resistencia -en carreras menores- no fue del todo bien, y hablamos de unas categorías en las que la exigencia tan sólo es física. A nivel mental, no se le exprimió demasiado. Porque, aunque a veces muchos saquen sapos y culebras en contra de la F1, ésta requiere de un nivel mental por encima de lo normal. Digerir las preguntas de la prensa con una sonrisa tras, por ejemplo, un accidente que vale una posición de puntos importante, no es sencillo.
Sí, Kubica es más maduro ahora y ese aspecto lo puede domar, pero hasta cierto punto. La exigencia en Toro Rosso es alta, y Pierre Gasly está entonadísimo. Los puntos en Mónaco, uno de los trazados más complicados de la temporada, le han subido aún más la moral. El francés es el cuarto piloto en 13 temporadas que consigue situar a un Toro Rosso en la cuarta posición. Es un rival duro, y Kubica no está listo para él.
Por último, y esto ya depende de vuestro punto de vista, está el factor monetario. Toro Rosso no es una hermana de la caridad, y si entra alguien del estilo de Kubica, le van a pedir dinero. ¿Por qué? Porque lo ha pedido Williams. No existen becas en la F1, y si existieran, serían los patrocinadores.
Por ende, la llegada de Kubica a Faenza es un no. La situación económica, moral y resultadista sale negativa. ¿Y vosotros? ¿Creéis en el retorno del polaco a la parrilla de la mano de Toro Rosso?
FOTO | Williams F1 Team