Han pasado ya unas semanas desde que Akio Toyoda apuntó tras el Rally de Finlandia que le encantaría volver a ver a los principales fabricantes nipones de nuevo compitiendo en el Mundial de Rallyes junto a Toyota. No es para menos, desde hace dos décadas, cuando la marca decidió abandonar el WRC con el objetivo de centrarse en la Fórmula 1, tres han sido las firmas del país del sol naciente que han salido del campeonato, siendo especialmente destacable la retirada de Subaru y Suzuki en 2008, año en el que la crisis económica mundial azotaría a las grandes industrias de Japón.
Mucho antes sería Mitsubishi la que abandonaría el WRC, concretamente después de no poder adaptarse bien a la transición desde los Grupo A hacia la nueva normativa de los motores 2.0 turbo. Lo intentaron, pero poco quedaba en ese equipo de la imbatible firma de los tres diamantes que dominó el campeonato durante cuatro años con Mäkinen de piloto. Ahora que parece los coletazos de la crisis han dejado de azotar a las firmas y aprovechando que todo está presto y dispuesto para tener de nuevo una cita japonesa en el calendario de 2020, muchos miran de nuevo hacia los colores rojos y azules que un día representaron precisamente a Mitsubishi y Subaru en el Mundial de Rallyes.
Durante las últimas semanas han sido varios los rumores que han apuntado a un posible regreso de ambos fabricantes al WRC. El último hoy mismo, proveniente del medio Carscoops, los cuales han apuntado a rumores provenientes de Japón que hablarían de la posibilidad de que Subaru desarrolle en un futuro próximo un vehículo para el Segmento B de corte deportivo (pone como ejemplo al Toyota Yaris GRMN o al Ford Fiesta ST) que sirviera de base para un futuro World Rally Car. En concreto se habla de un modelo de tracción total, con motor de cuatro cilindros que podría mantener la configuración bóxer y más de 200 CV. Obviamente en la actualidad no hay ningún vehículo dentro de la gama de la firma de las estrellas que se adapte a estas características mencionadas.
A pesar de que está alejada de la competición internacional, Subaru of America mantiene durante los últimos años programas oficiales dentro del GRC/ARX y el Nacional de Rallyes estadounidense, perpetuando ese ADN competitivo que siempre ha estado relacionado con la marca y permitiendo que el Subaru WRX STI, a pesar de perder el mítico apellido Impreza, mantenga su contacto con las carreras.
En el caso de Mitsubishi, su salida del WRC en 2005 estuvo relacionada más con el aspecto deportivo que con el económico (estuvieron cerca de regresar en 2007 de la mano de Abu Dhabi), algo que sí sufriría años después en el Dakar, competición en la que fue una absoluta referencia y que también tuvo que abandonar con la llegada de la crisis. La firma de los diamantes fue relacionada recientemente por el medio Motorsport News con un posible regreso al Mundial en 2021 a través de una variante World Rally Car del Mitsubishi Mirage. Al contrario que Subaru, su presencia en competición ha sido nula (sí a nivel nacional) durante los últimos años e incluso se negó la opción de que el preparador sueco Mpart AB homologara y comercializara su R5.
Por ahora son solo rumores, ya que ninguna de las dos marcas se ha expresado oficialmente, sin embargo, ha sido suficiente para despertar las esperanzas de los aficionados al campeonato intercontinental que recuerda con añoranza los nombres tan reconocibles como Impreza, Lancer Evo o sus predecesores, los Legacy RS y Galant VR-4.