Mucho se está hablando durante las últimas semanas de cuál será el futuro del Mundial de Rallyes y los países que pueden formar parte de su calendario. Japón está en camino de entrar ya para la temporada 2020, mientras que el Rally Safari todavía está pendiente de evaluación de su prueba candidata. De confirmarse la introducción de ambas y la continuidad de Chile, Argentina, México y Australia, la FIA y el promotor deberán decidir qué dos citas europeas son las grandes sacrificadas en el programa de 14 pruebas de la próxima campaña. Si el propio Ciesla reconocía que Alemania, Córcega o Cerdeña tienen que solucionar ciertas cuestiones pendientes, los responsables de los derechos comerciales del WRC quieren ir a nuevos destinos, a poder ser los mercados más grandes.
Aunque la propia FIA ha instado a la organización del Rally de Canadá a agilizar la preparación para que la prueba norteamericana llegue a tiempo para 2022 como una cita invernal a complementarse con Suecia, también se estudian otras opciones como Rusia ante un posible escenario de dos carreras sobre nieve o hielo. China o Estados Unidos siguen estando en la agenda del promotor, incluso el regreso a citas exóticas como Nueva Zelanda. Ante la pregunta de cómo sería el calendario ideal de Oliver Ciesla, AutoSprint recibía la siguiente respuesta:
Con tantas variaciones como sea posible, como dos pruebas fijas en nieve y hielo al introducir un nuevo rally en Rusia o Canadá, lo que lo convierte en el único campeonato con dos carreras de campeonatos mundiales en estas superficies. Sería bueno ir a competir en países donde el mercado automotriz es tan fuerte e importante como Estados Unidos y China, esta es la primera misión.
Por el momento podemos entrever en las palabras de Ciesla que España se mantiene dentro de los planes del promotor del WRC justo en un momento en el que se ha puesto en duda la continuidad de cualquiera de las carreras localizadas en Europa. Con las citas tradicionales abandonando el calendario, obviamente otras posibles pruebas en países del Viejo Continente de menor tamaño difícilmente tendrán oportunidades en el futuro más cercano.
El futuro de la comercialización de automóviles no está, de hecho, en los pequeños países europeos. Por ejemplo, México, nos ayuda en este respecto, así como también países de alta densidad, en primer lugar, los japoneses y añadimos España, pero también Gran Bretaña, Alemania, Italia y Francia tienen su peso, sin embargo, debe mejorar algo. Son mercados muy importantes a nivel mundial, pero deben ofrecer un mayor retorno del público, más contacto con la gente, algo que hoy no sucede como nos gustaría. Está claro que, si el retorno del campeonato llega a ser muy alto en general, en ese momento también podremos permitirnos una carrera exótica y quizás regresar a ciertas carreras, como por ejemplo en Nueva Zelanda. Pero para hacer esto, nuestros números deben crecer más y más.
Si Polonia sí es una opción, Estonia no pasará de ser un evento publicitario como el realizado en 2018 y como el que se realizará este mismo año aprovechando el tirón de Ott Tänak. El estonio ha sacado su propia película biográfica, e incluso ya planea aunar sus esfuerzos con su padrino deportivo, Markko Martin, en la creación de una estructura. Un país de poco más de un millón de habitantes se queda sin opciones frente a las pruebas clásicas como Finlandia o Monte-Carlo y a los grandes mercados.
La buena música no se hace en un pequeño estadio. Si algunas pruebas europeas consolidadas salen del calendario mundial, no tiene sentido insertar una organizada por una nación que también tenga un mercado más pequeño. En Estonia haremos una carrera de exhibición porque gracias al éxito de Ott Tanak los rallyes de hoy están en la cima, pero no iremos más allá. En cuanto a Croacia, nos hicieron una oferta, pero lo que se dijo antes es válido para ellos.
Vía | AutoSprint (edición impresa)