El Ruta de la Seda o Silk Way Rally se ha convertido por derecho propio en el ‘Dakar’ del este. Bajo la batuta del Zar, Vladimir Chagin y con el experimentadísimo Luc Alphand como su particular mano derecha (a modo de Marc Coma en el caso de la ASO), la carrera ha sabido atraer durante los últimos años a algunos de los principales espadas del mundo de los rally-raids con un recorrido muy duro, desafiante y que se disputa en unos parajes completamente apabullantes.
Ha dejado de ser una carrera más para labrarse su camino, especialmente con un recorrido que lleva a sus participantes desde la Plaza Roja de Moscú hasta alguna de las principales urbes de China. Es una cita ineludible no sólo para KAMAZ, sino también para los cada vez más numerosos equipos chinos, algunos de ellos con carácter de formaciones de fábrica, e incluso Peugeot Sport lo apuntó en el calendario como una de las pruebas que competir además de Dakar y Rallye du Maroc debido a lo importante que es el mercado asiático para el Grupo PSA.
Llegados a este punto, y tras una edición 2017 dominada de nuevo por los Peugeot y con victoria final de un Cyril Despres que parece haberle cogido la medida, los responsables del Silk Way Rally anunciaron a principios de semana un gran cambio de cara a la prueba de 2018. En este caso se realizará el recorrido inverso, saliendo desde Xi’an en China el 15 de julio y llegando al que ha sido el punto de partida los últimos años, la majestuosa Plaza roja de Moscú, en la que se orquestará el podio final de la prueba dos semanas después, el 29 de julio de 2018.
La octava edición de la carrera no contará eso sí con la participación de Peugeot, la cual ha decidido poner fin a su programa en raids al término del próximo Dakar, pero sí puede atraer a otras formaciones oficiales o equipos de Europa del Este que animen la lucha por la victoria entre los coches. Se plantea así un itinerario completamente renovado en el que ya se encuentran trabajando los organizadores, con el objetivo también de reducir los enlaces, opción para la que se está barajando el transporte completo de la carrera a través de grandes aviones de carga. También se ha retrasado la intención de incluir una categoría de motos en la carrera, debido en gran parte a los numerosos cambios logísticos que se plantean de cara a 2018.
Siguiendo los resultados de la edición de 2017, el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció el excelente trabajo del equipo de organización del rally y destacó el significado del proyecto para el desarrollo de la cooperación humanitaria internacional, el fortalecimiento de la amistad y el entendimiento mutuo entre las personas.
En la carrera de 2017, se pudo ver una carrera muy diferenciada, disputándose las primeras etapas sobre barro y largas zonas con hierba, para pasar posteriormente a recorridos con mucha pista de tierra e incluso jornadas sobre largos cordones de dunas. Loeb encabezó la prueba durante la primera semana, sin embargo, un vuelco y la lesión en una de las muñecas del alsaciano le obligaron a abandonar la prueba. Peterhansel, muy retrasado desde el inicio, hizo las veces de guardaespaldas de un Despres que logró su segundo tigre blanco y su segundo gran triunfo en coches de su carrera deportiva. Las imágenes que dejó la carrera son siempre dignas de ver: