Didier Pironi ha sido considerado como uno de los villanos de la Fórmula 1 tras el oscuro episodio protagonizado, junto a Gilles Villeneuve, en el Gran Premio de San Marino de 1982. En tal sentido, y en aras de conceder una visión más amplia de lo sucedido, así como también publicar una biografía del piloto francés, David Sedgwick escribió el libro Pironi: El campeón que nunca fue. Allí, el autor señala que la reputación del piloto quedó en duda tras la carrera y se terminó de desplomar cuando ocurrió la muerte de Villeneuve en el siguiente gran premio, desgracia que de forma injusta también se asocia a Pironi. Inclusive todavía su nombre suele producir reacciones desagradables porque simplemente el público se quedó con la versión más nefasta de lo que aconteció.
Treinta y cinco años han transcurrido de aquella polémica carrera. Afirma el autor del libro, quien estuvo en Imola cuando el suceso, que todo lo que allí ocurrió fue producto de un malentendido que posteriormente los medios de comunicación distorsionaron hasta convertir a Pironi en un traidor ante la sociedad. Sedgwick explica que no habían órdenes de equipo y el personal de Ferrari no le indicó a Pironi que mantuviera su posición cuando estaba por detrás de Villeneuve mientras ambos mantenían el ritmo, pero el canadiense desaceleró demasiado en la última vuelta con el resultado que pasó a la historia.
Para Sedgwick, nunca hubo traición porque no existió ningún acuerdo previo. Gilles Villeneuve asumió que era el ganador sin antes cruzar la meta. Después se originó esa analogía héroe y villano, exaltando las virtudes del canadiense y menoscabando al francés, quien ya era uno de los más talentosos pilotos del mundo, inclusive contaba en su palmarés con el triunfo en las 24 Horas de Le Mans de 1978. Sin embargo, Pironi nunca tuvo la ocasión de exponer su versión de los hechos porque prefirió no convulsionar aún más la triste temporada de 1982, en la que un accidente le privó de conseguir el título.
En palabras de David Sedgwick:
Tengo una esperanza con este libro y es que Didier [Pironi] finalmente sea exonerado por lo que sucedió ese día. Es hora de que los fantasmas de Imola 82 descansen. Lo que él vivió después de esa carrera fue escandaloso, su reputación nunca se recuperó. Incluso ahora, todos estos años después, el nombre de Didier Pironi desencadena reacciones muy desagradables.
Vía | Pitpass