El próximo mes de junio, las 24 Horas de Le Mans alcanzarán una de las efemérides más importantes de toda su historia, el centenario respecto a la fecha de creación de las mismas, en 1923. La carrera francesa nació como una forma de poner a prueba a los coches de principio del Siglo XX, así como medir el coraje que tenían que aportar los competidores para poder llevar al límite unos automóviles cuya tecnología, procesos de fabricación y sistemas de seguridad estaban en las antípodas de lo que actualmente conocemos como un vehículo de competición.
En esa historia hay sin lugar a dudas una de las características que han hecho prácticamente única a las 24 Horas de Le Mans, en este caso la forma en la que tenían los competidores de comenzar la carrera, una salida ‘Le Mans-Style’ que por seguridad se dejó de hacer muchos años. Pero, ¿cuáles fueron las razones para adoptar este sistema tan particular?
Hay que recordar que las primeras ediciones de la prueba disputada en La Sarthe (1923 y 1924) no tuvieron este peculiar sistema de arrancada, sino que en las dos primeras 24 Horas de Le Mans de la historia se llevaron a cabo desde parado, por lo que resulta aún más curioso que se optara por formar los coches en ‘batería’ y que los pilotos atravesaran de lado a lado la recta para montarse en sus respectivas monturas y comenzar a acelerar en el tercer año de vida de la prueba.
Sin embargo, los motivos son seguramente mucho más mundanos de lo que hubiéramos deseado por la épica del motorsport. La tradición de que Le Mans comenzara cada año con ese estilo de salida entre las ediciones de 1925 y 1969 (en 1970 se volvería a hacer desde parado y a partir de 1971 lanzada, como en la actualidad) se debió principalmente a que el propietario de las tierras en la zona de Raineries (aeródromo) que se había empleado en los dos años previos, decidió triplicar la renta por la cesión de sus terrenos, por lo que el ACO, que en esos tuvo que optar por celebrar la salida en la recta de Mulsanne y despedirse de sus intenciones de crear edificaciones permanentes en la actual zona de meta.
Los organizadores le añadieron algo más de espectacularidad visual al momento, ya que a través del reglamento introdujeron un nuevo párrafo en el que se obligaba a los pilotos a correr hasta sus coches, colocar el techo de lona plegable (todos la tenían que tener) antes de poder arrancar el motor y ponerse en marcha. La forma de asegurarse de que nadie empezase a subir la capota antes de tiempo era precisamente la de separar a los conductores de los coches, por lo que se optó por este método, con los pilotos teniendo que recorrer al menos las 20 primeras vueltas con la capota desplegada.
¿Por qué se dejaron de hacer las salidas al estilo Le Mans?
Evidentemente fue por temas relativos a la seguridad que la carrera dejó de emplear este sistema de arrancada para su carrera. Un accidente en la edición de 1968 en la que Willy Mairesse resultó gravemente herido por lo que al parecer fue la puerta mal cerrada de su Ford GT40 hizo que muchos pilotos se plantearan sobre la idoneidad de las salidas tipo Le Mans, siendo un extra de peligrosidad añadido para una carrera que ya de por sí era prácticamente una trampa. Mairesse se tuvo que retirar y se quitaría la vida al año siguiente, en septiembre de 1969.
Para entonces, Jacky Ickx ya había protagonizado una de las imágenes más recordadas de la historia de Le Mans, cuando se negó a ir corriendo hasta su GT40 en la salida de ese año a modo de protesta. Lo hizo con parsimonia, tomando todas las precauciones a la hora de abrocharse los cinturones y de cerrar la puerta. Para cuando accionó el acelerador con su pie derecho, el líder de la carrera, Rolf Stommelen a los mandos de un Porsche 917, ya se encontraba surcando a toda velocidad Tertre Rouge. Al día siguiente el coche de Ickx ganaba la carrera en una edición en la que perdía la vida John Woolfe y hacía que todo el mundo volviera a replantearse si merecía la pena el riesgo de seguir haciendo este tipo de salidas.
En 1970 se mantuvo la salida en batería desde la recta, pero en este caso los competidores ya se encontraban sentados en sus respectivos coches, bien asegurados y listos para ver el banderazo. Un año más tarde, se optó por la conocida como salida tipo Indianápolis, con dos filas de coches y arrancada lanzada. Otras rondas como las 12 Horas de Sebring también cambiarían el estilo Le Mans por esta opción. En la actualidad, la tradición se ha mantenido de alguna forma, ya que antes de proceder al arranque de los prototipos y los GTE, todos ellos forman en la recta a la espera de que llegue el momento de que vips, prensa y mecánicos abandonen el asfalto.