La temporada 2017 de Satoshi Motoyama ha estado tan animada dentro como fuera de pista. El piloto japonés es uno de los hombres con más éxitos en el Super GT y la Super Fórmula —concretamente en su anterior encarnación, la Fórmula Nippon— y junto a Pedro de la Rosa, el único en ganar ambos certámenes la misma temporada. Su veteranía le convierte en uno de los pilotos más importantes para Nissan, ya sea en competiciones nacionales, internacionales o incluso en cuanto a roles de piloto probador. Fuera de la pista, este año ha sido mentor de Mitsunori Takaboshi —campeón de la Fórmula 3 japonesa— y embajador de la Super Fórmula. Este rol le ha llevado a representar al campeonato y comentar las carreras pero esta semana irá algo más allá.
Motoyama, que compitió por última vez en monoplazas allá por un lejano 2008, estará en pista esta semana en Sugo con un Dallara SF14 con motor Honda propiedad del campeonato. Hay varios objetivos en mente, entre los que destacan la evaluación del monoplaza por parte del antiguo campeón y la esperanza de que pueda dar ciertas sugerencias sobre el camino que podría tomarse tanto en lo que se refiere a pequeños cambios para 2018 como sobre todo indicaciones de cara al nuevo monoplaza que debería estrenarse en 2019. Además, el hecho de poner a Motoyama al volante del coche de actual generación será todo un evento en el mundo del automovilismo nipón que generará sin duda mucha expectación.
Evidentemente, no hay expectativas de que Motoyama pueda volver a la competición en próximas temporadas puesto que al inicio de la campaña 2018 tendría ya 47 años y en todo caso se acerca el ocaso de su carrera como piloto, incluso en el Super GT. Pero si a su comprensión de la competición en calidad de piloto en activo se le añade uno o dos días de experiencia al volante del SF14, sus comentarios en televisión y su papel como embajador del certamen serán aún más interesantes. Lo que está claro es que, en cualquier caso, ver al hombre que más victorias —28— y títulos —4— tiene en la era de la Fórmula Nippon —en Japón a menudo se considera que la Fórmula Nippon es un certamen distinto de los que le precedían— será algo a lo que valdrá la pena prestar atención.
El jueves pasado, Motoyama ya estuvo junto a Katsumasa Chiyo a bordo de un monoplaza en Sugo al realizar pruebas con el Dallara F312-Volkswagen que se utilizará el próximo año en la clase Nacional del campeonato japonés de Fórmula 3. Seguro que fue una buena forma de volver a familiarizarse con los requerimientos de pilotar un monoplaza en un circuito tan particular como es el de Sugo. El test de Motoyama estará encuadrado dentro de las pruebas oficiales de fabricantes que el campeonato realizará el martes y miércoles de esta semana.