Tras realizar una sesión de pruebas, con un Dallara DW12 provisto del kit aerodinámico de 2018, el cuatro veces campeón de la IndyCar, Scott Dixon, se mostró complacido con los cambios ya que el nuevo diseño reducirá las turbulencias, lo que facilitará los adelantamientos. Según su opinión, en la próxima temporada los pilotos no tendrán tantos problemas de estabilidad y los monoplazas no se comportarán de forma nerviosa cuando rueden en grupo.
Hasta ahora, todos los pilotos de prueba han coincidido en señalar que las novedades van a incidir en el aumento de rebases, pero también se tendría que evaluar el efecto de succión cuando varios coches estén muy cerca, para ello tendrían que compartir pista varios monoplazas con el kit 2018 y simular situaciones de carrera. Según Dixon, aparentemente los cambios han sido positivos, pero hasta que no inicie la temporada no se sabrá a ciencia cierta el impacto de la nueva aerodinámica.
Para el piloto neozelandés, la experiencia en las pruebas ha sido muy favorable porque le ha ayudado a comprender la carga aerodinámica del nuevo kit. En comparación con el diseño usado en 2017, la fuerza de atracción es más poderosa, pero a su vez el coche es más fácil de maniobrar así que su comportamiento resulta más predecible y eso justamente es lo que se busca con las modificaciones.
La mayor diferencia es que puedes correr muy cerca de otro coche y hay menos problemas. Los cambios han contribuido a canalizar el aire para que no afecte al piloto que persigue. Con el kit antiguo el aire te golpeaba desde todos los ángulos y te movía el coche, afectaba en gran medida la parte delantera y todo se volvía inestable. Ahora, el frente del coche está más asentado y no hay preocupación por perder estabilidad si te acercas demasiado a otros monoplazas.
Vía | Racer
