La IndyCar regresó a los óvalos, en esta ocasión al Iowa Speedway, y allí Scott McLaughlin tuvo una tarde perfecta hasta el punto ganar por vez primera en este tipo de circuito para beneplácito de Team Penske. El piloto neozelandés acompañó a Colton Herta, quien salió desde la pole, hasta la primera ronda de detenciones en pits y una vez que se pudo por delante, gracias a una magnífica parada, asumió el liderazgo de la carrera para no dejarlo jamás, así que se mantuvo primero durante 166 vueltas, lo que indica el nivel de superioridad que exhibió en el evento. En contraste, Álex Palou tuvo una jornada para el olvido, primero una mala detención lo envió del puesto 3 al 19 y luego un trompo le obligó a retirarse.
Por otra parte, Pato O’Ward siguió su buena racha al alcanzar el segundo lugar en la carrera, lo que le impulsó a la posición de escolta en el campeonato de pilotos. Si bien el mexicano no se presentó como candidato a la victoria, su esfuerzo resultó muy meritorio al avanzar y permanecer lejos de percances, con un ritmo que le permitió mantener un sólido puesto. Por detrás, Josef Newgarden se las arregló para culminar tercero, tras largar en el puesto 22, demostrando que se siente a gusto en óvalos, lo que dejó entrever realizando espectaculares maniobras de adelantamiento por el lado exterior de la pista.
El circuito de Iowa no perdona, de allí que 19 de los 27 monoplazas que iniciaron la prueba la pudieron completar. Los incidentes fueron varios, nada más a pocos metros de iniciado el recorrido, David Malukas cometió un error que le costó la carrera a Agustín Canapino y envió a boxes a Romain Grosjean, así que en una mismo accidente ambos coches de Juncos Hollinger Racing quedaron sin opciones. Jack Harvey también se vio involucrado y a pesar de seguir en pista, optó por abandonar tras experimentar fuertes dolores físicos.
Más adelante, en la vuelta 177, se produjo el trompo de Palou y su posterior abandono. Luego, tras un reinicio en la vuelta 230, Will Power, quien ya venía de cumplir una penalización, tocó el neumático trasero derecho de Pietro Fittipaldi originando una reacción en cadena que provocó el retiro del brasileño y también de Ed Carpenter, quien no pudo evitar el contacto y destroó su monoplaza. Tras analizar el vídeo, los comisarios volvieron a castigar a Power, así que el australiano no aprovechó el error de Palou para acercarse en el campeonato y en lugar de ello cometió este error que le envió al puesto 18, siendo entonces el representante de Penske más deficiente en la carrera.
Otro de los animadores de la carrera fue Colton Herta, hasta la mitad estuvo luchando en la zona superior, exhibiendo un pilotaje muy agresivo y por momentos pareció el único adversario para McLaughlin en su marcha hacia la victoria. Otros competidores como Scott Dixon, Alexander Rossi y Marcus Ericsson también llegaron a terciar en la pelea por posiciones estelares, sin embargo, para la vuelta 167 se advertía que el ritmo de Herta no era suficiente rápido ni para cazar a McLauhlin ni tampoco aguantar la presión de sus perseguidores, así que entró a boxes en la vuelta 174, saliendo a pista en el puesto 17, con ello perdió su oportunidad de estar arriba por si acaso la suerte le sonreía.
La última ronda de detenciones se produjo alrededor de la vuelta 181. allí Pato O’Ward relegó a Dixon y se presentó Newgarden como candidato al podio. Por detrás, Marcus Armstrong, Rinus VeeKay y Santino Ferrucci ofrecían emoción a las tribunas peleando posiciones. Pero a partir de la vuelta 205 se estabilizó la carrera, con un McLaughlin sólido por delante de O’Ward por casi un segundo, con dos con respecto a Dixon y tres con Newgarden. Cuando se reinició la carrera, tras el incidente originado por Will Power, Newgarden aprovechó la ocasión para pasar a Dixon y de esta forma sentenciar las acciones puesto que luego no se produjo mayor movimiento entre los diez mejores en meta que fueron McLaughlin, O’Ward, Newgarden, Dixon, VeeKay, Ferrucci, Kirkwood, Rossi, Ericsson y Armstrong.