El actual campeón del Supercars australiano tenía la esperanza de que este iba a ser su año de consagración, probó por vez primera un monoplaza de la IndyCar en los circuitos de Sebring, Austin y el óvalo de Texas, con tan buenos resultados que convenció a Tim Cindric y a Roger Penske, quienes lo inscribieron para competir en el Gran Premio de Indianápolis. Pero se atravesó el COVID-19 y el esperado debut de McLaughlin se truncó, así como todos sus planes para hacer carrera dentro del automovilismo norteamericano. Resignado a su suerte, ahora solamente aspira que Penske honre el compromiso y al menos le proponga participar en San Petersburgo.
McLaughlin espera que la propuesta para correr en la IndyCar este año se mantenga, consciente de que no está fácil trasladarse desde Australia hasta Estados Unidos y cumplir con un período de cuarentena que sería de aproximadamente unos 15 días. También atenta contra sus posibilidades el que Penske considere alinear cuatro monoplazas para el final de la temporada, cuando el plan del equipo es cerrar operaciones en la IMSA y en el Supercars para ahorrar costos.
Aunque McLaughlin había anunciado que hasta este año estaría en el Supercars, tal vez contando con que se ganaría un lugar en la IndyCar, lo cierto es que sus opciones de abandonar su terreno lucen un tanto remotas debido a todos los cambios que han sucedido a raíz de la pandemia. El calendario del Supercars le otorga libertad tras la Bathurst 1000 que se disputará del 15 al 18 de octubre, en tanto la última cita de la IndyCar está pautada del 23 al 25 de octubre en el circuito urbano de San Petersburgo.
El panorama en el mercado de pilotos en las categorías de Estados Unidos de cara al 2021 luce complicado para McLaughlin debido a la disponibilidad de candidatos que están buscando sitio tanto en la IMSA como en la IndyCar. En todo caso, Tim Cindric, presidente de Team Penske, medita la opción de concederle a McLaughlin la oportunidad de competir en San Petersburgo y para ello analiza muchos factores, como el conseguir al personal que atienda el monoplaza ya que para la cita de Indianápolis se tenía previsto que parte del equipo Penske que compite en la IMSA se hiciera cargo, pero ahora resulta que ese grupo no estará disponible por compromisos en Petit Le Mans y Laguna Seca.
En palabras de Scott McLaughlin:
No hay nada realmente que pueda decir. Es más un caso de esperar a ver qué deciden Roger [Penske] y Tim [Cindric]. Siempre he sido claro con lo que quiero hacer, pero las circunstancias como la pandemia, el período de cuarentena y el choque de la fechas complicó todo. Trato de ser optimista.
Vía | Speedcafe