Durante este fin de semana, con la disputa de la Carrera de Campeones, hemos podido ver en una pequeña dosis la relevancia que están tomando los Simracers o pilotos de competición virtual. Los responsables del Race of Champions decidieron contratar un número de algunos de los pilotos más destacados en el ‘OnLine’ con el objetivo de que dos de los mejores formaran parte del equipo de Simracing en la Nations Cup y en los enfrentamientos directos del sábado frente a algunos de los mejores pilotos internacionales. Este hecho nos permitió ver momentos tan curiosos como un Brendon Leigh (ganador de los eSports de F1 en 2017) que tuvo que aprender a conducir antes de asistir al evento, un Enzo Bonito compitiendo frente a Petter Solberg en su primera carrera al volante de un coche real y finalmente, un Rudy van Buren capaz de ganar a Timo Bernhard y Lando Norris en dos carreras.
Sin duda, había quedado demostrado que los simuladores pueden ser un nido de talento y, tal y como vimos hace unos meses con Agustín Canapino, pueden ser el perfecto entrenamiento diario cuando no es posible estar todos los días sentado en un vehículo de competición en el circuito. Sin embargo, también hay algunos que no han sabido adaptarse a este tipo de competiciones virtuales. Un buen ejemplo es el de Scott Speed, tres veces campeón del Global RallyCross Championship y ex-piloto de la NASCAR y del Mundial de Fórmula 1.
El estadounidense ha sido uno de los colaboradores a la hora de desarrollar el nuevo mod o categoría basada en el GRC para el popular simulador online iRacing. Esto, además de hablar muy bien acerca del realismo de este servicio también le ha permitió a Speed tener su propio perfil dentro de la cada vez más grande comunidad de iRacers. Sin embargo, Scott no ha demostrado tomarse con la misma profesionalidad estos campeonatos virtuales que su labor como piloto de Volkswagen America y Andretti Autosport en las series norteamericanas. Durante los últimos meses se ha dejado ver por numerosas competiciones virtuales tanto de GT’s como de rallycross con maniobras de dudosa legalidad y finalmente con colisiones de forma deliberada con otros competidores.
Esa situación ha cambiado. Scott Speed ha pasado a formar parte de la lista de la vergüenza, un largo número de usuarios que han sido baneados de iRacing tras numerosos reportes y que han sufrido la retirada de su ‘licencia de competición’ virtual. Todo esto ha venido seguido de la puesta en venta por parte de Speed de su hardware domestico a través de su propio Facebook por uno 7.500 dólares. Tal vez por aburrimiento o por no comprender que esas carreras virtuales pueden ser tan competitivas y serias como en las que él lucha fin de semana tras fin de semana. Pueden estar contentos en el GRC con el comportamiento de uno de sus embajadores una de sus grandes ‘novedades’ de la pasada temporada. Al menos ha pedido disculpas…