En la semana salieron a la luz dos noticias que involucran a Lawrence Stroll, la primera es la reorganización interna de Aston Martin Lagonda, la salida de Tobias Moers, quien se desempeñaba como CEO, para ceder su lugar a Amedeo Felisa, y la otra es que el propio Stroll confirmó que ha conversado con representantes de Audi para negociar una probable venta parcial o total de la escudería de Fórmula 1, una vez que se confirmaron los planes del fabricante alemán de ingresar a la categoría a partir de la temporada 2026. Aunque en términos de resultados deportivos la gestión de Stroll puede calificarse de negativa, el valor del equipo radicado en Silverstone se ha incrementado desde que fue adquirido por el canadiense, así que desde su posición luce como un buen negocio alejarse de la Fórmula 1 si le realizan una buena oferta.
Tras las declaraciones de Stroll se tiene la certeza que Audi desea adquirir una escudería y los rumores señalan que los alemanes han tocado las puertas de McLaren, Sauber, Williams y Aston Martin. Para el equipo asentado en Silverstone no es nada nuevo verse involucrado en una transacción de compra y venta puesto que ha pasado por varias manos desde que se fundó como Jordan Grand Prix. Según los rumores, Audi hizo también una propuesta a McLaren para comprar solamente el equipo de Fórmula 1 y no al fabricante como tal, lo mismo aplicaría a Aston Martin. La posición de Lawrence Stroll no es cómoda ya que ha visto como prácticamente ha despilfarrado millones en los últimos tres años, en su aspiración de trasformar un equipo de media tabla en ganador, anhelo que cada vez luce más lejos de materializarse, inclusive su planificación a largo plazo se tambalea si los actuales resultados no aseguran rentabilidad puesto que una escueta suma de puntos pone en riesgo el presupuesto de la siguiente temporada.
La noticia del cambio de CEO de Aston Martin Lagonda también es para analizar porque Tobias Moers se alejó de su cargo argumentando diferencias estratégicas con Lawrence Stroll. Todo apunta a su inconformidad con la gerencia del canadiense porque Aston Martin como tal no tiene injerencia en el equipo de Fórmula 1 sino que Stroll ha vinculado el nombre del fabricante a su proyecto personal, aprovechando que posee los derechos, caso similar al que ocurrió con Lotus y Caterham en años recientes. Supuestamente Moers no estaba de acuerdo en la forma en que Stroll estaba involucrado ya que era proclive a tomar decisiones por encima de la directiva del equipo, de allí que también haya experimentado diferencias de criterios tanto con Bob Fernley como con Otmar Szafnauer, siendo apartados ambos de sus respectivas funciones.
Lo interesante de este movimiento es que Moers había llegado hace dos años proveniente de Mercedes AMG, principal socio técnico de Aston Martin, y es reemplazado por Amedeo Felisa, ex CEO de Ferrari. Durante la gestión de Moers el desarrollo interno se pausó, incluyendo el del motor V6 de propia manufactura, para en cambio adquirir toda la tecnología que pueda ofrecer Mercedes. Aunque el fabricante alemán tenga acciones en Aston Martin, la cantidad no es tan significativa como para tomar decisiones en altas esferas, de allí que traer a Felisa y también a Roberto Fedeli, otro ex Ferrari, para desempañarse como director técnico, indica que hay cambios de planes a gran escala en lo que respecta a la visión de Stroll.
Estas modificaciones acentúan los rumores de que Stroll está buscando compradores para Aston Martin y por tal razón desea una menor dependencia de Mercedes, situación que pudiera trasladarse a la Fórmula 1 donde la transferencia de tecnología desde Mercedes es casi total, aquí Aston Martin básicamente funciona como patrocinador, tal como lo hacía junto a Red Bull. Otra situación que atenta contra la escudería, además de sus pobres actuaciones, es la probable salida de Sebastian Vettel al finalizar la presente temporada ya que no se le observa confiado en el proyecto que Stroll ofrece a medio y largo plazo. A estas alturas se hace evidente que Lawrence Stroll compró Force India para garantizar un asiento a su hijo y más allá de ello logró convencer a varios patrocinadores para que inviertan en su sueño, de allí que el equipo se denomine Aston Martin Aramco Cognizant Formula One Team, pero es consciente del actual valor de su empresa, de lo que le están ofreciendo y de lo que puede ocurrir en el futuro.
Lo cierto es que Lawrence Stroll se sumergió en la Fórmula 1 por su hijo Lance, pero un proyecto a cinco años para que el equipo sea competitivo, cimentado sobre varias incertidumbres, no parece algo muy viable, con todo y el personal contratado y los recursos invertidos. Hasta ahora Lance Stroll no apunta precisamente a ser un serio aspirante a un título de campeón en la Fórmula 1 en los próximos años. Audi ya dijo que sí estará en la categoría y su plan es comprar un equipo, Lawrence Stroll sabe de negocios y de lo que sucedería si no contempla vender y a cambio continúa a la espera de resultados, mientras los alemanes, ante una negativa, van a otro lugar a invertir sus millones.